Diego Luna pertenece a esa nueva hornada de actores mexicanos que ha entrado con fuerza en el mercado cinematográfico. Tras darse a conocer mundialmente con Y tu mamá también , junto a su amigo Gael García Bernal, y dar el salto a Hollywood --acaba de rodar a las órdenes de Steven Spielberg Terminal --, la fama no le hace olvidar que "lo importante son las historias y no dónde se hagan". Tampoco oculta su deseo de que aumenten las coproducciones entre España y México, por las ventajas que comporta tener un idioma común.

Luna, que también se ha quedado en las retinas del público tras presentar con Cayetana Guillén Cuervo la última edición de los Goya, visitó ayer Madrid para promocionar Nicotina , segundo largometraje del director argentino afincado en México Hugo Rodríguez, que se estrena mañana en España. En la producción se han volcado profesionales de Argentina, México y España como Marta Belaustegui, que comparte protagonismo con Luna, Lucas Crespi y Daniel Giménez Cacho, el cura acosador de La mala educación , de Pedro Almodóvar.

Luna siente una envidia sana del panorama cinematográfico español --"se hacen 70 películas al año y se quejan", dice con mucho humor-- y echa de menos un éxito de taquilla en su país. "Nos toca batear poco pero le damos a la pelota", afirma. No obstante, el joven actor elogia el empeño de los productores, "más numerosos que los actores porque no arriesgan todo el dinero".

COMEDIA NEGRA

En Nicotina , a Hugo Rodríguez se le nota su admiración por Tarantino y, en menor medida, por Guy Ritchie. También de los hermanos Coen ha tomado una "mezcla sutil entre la tragedia y la farsa". El realizador definió su filme como "una comedia negra que cuenta la historia de un personaje que lo altera todo para conseguir su objetivo. Esa alteración --añadió-- provoca la muerte".

Diego Luna es ese personaje, Lolo, un hacker que espía a su vecina Andrea (Marta Belaustegui), de la que se enamora. Esta historia se cruza con otras tres --todas cómicas y sangrientas al mismo tiempo-- en las que todos los personajes fuman y se quieren quitar de la adicción o sienten el síndrome de abstinencia. Incluso dos matones mantienen un debate sobre si el tabaco mata o no. "La nicotina --aclara Hugo Rodríguez--, fue lo último en entrar en la película". El, que se confiesa un fumador social --sólo lo hace en las fiestas--, asegura que este tipo de discusiones "sirven para tapar temas más importantes de la vida".

Diego Luna que acaba de rodar a las órdenes de Spielberg Terminal , antes rodó, también en Hollywood, Habana Nights , mucho antes y junto a Kevin Costner, Open range , y ahora se prepara para rodar la nueva película del cineasta británico Michael Winterbotton, Gol , donde encarna a un futbolista. Sin embargo, el actor mexicano quiere dejar muy claro que prefiere rodar en su país. "En México decidí ser actor y allí está la gente que me hizo decidirme a trabajar en esto. Pero en Hollywood están directores que admiro, como los Coen o Paul Thomas Anderson, y es una satisfacción trabajar allí"., concluye el actor.