Surgió en Alagón bajo la forma de una actividad deportiva, al igual que el fútbol o el baloncesto, y se consolidó como pionera dentro de España. La Escuela Municipal de Recortadores Mariano Ruiz Elipe de Alagón, cumplirá diez temporadas como espacio de formación para las diversas vertientes de la tauromaquia popular, desde el recorte con anillas hasta el libre: «Varios chicos aficionados a las vaquillas quieren entrenar conmigo porque es algo que les gusta. Como no podemos acceder a una instalación y no pueden entrar conmigo en la plaza de toros por si se rompen algo, el ayuntamiento me propuso la opción de entrenar los chicos conmigo bajo la forma de una actividad deportiva, como el que se apunta a fútbol o a baloncesto», explica Mariano Ruiz, coordinador de la escuela.

Así, Ruiz destaca los mismos valores de compañerismo y superación constante que se pueden ver también en la práctica deportiva: «Es similar a todas las actividades deportivas que pueda haber. Tiene compañerismo, cuando pilla una vaquilla a un compañero estamos todos para ayudarle o nos jugamos la vida para ayudarle. También tiene ese intento de superación constante cuando nos enfrentamos a cosas que nos pueden generar miedo, que suelen ser bastantes más que en el fútbol, aquí además tenemos ese miedo de que algo nos puede hacer mucho daño. Todo eso se puede extrapolar a la vida, y más que nada el hacer deporte saludable que es lo que nos mantiene vivos».

En palabras del coordinador de la escuela, se trata de una «actividad inclusiva» y para todo tipo de públicos. «No hace falta ser muy buen atleta ni tener muchas facultades, con tener afición sobra. Aquí no viene solamente gente profesional, vienen desde los niños a los que les gusta hasta personas mayores a las que les sigue gustando pero no tienen por qué participar. Tenemos por un lado a los que quieren dedicarse a recortar, hasta gente que solo quiere aprender las primeras nociones básicas para saber defenderse en algún pueblo o encierro, o que es menos aficionada pero a la que le gusta acompañarnos a las ganaderías, ir al campo, a ver cómo se cría el toro en libertad», expresa.

La escuela surgió como un proyecto pionero en España, y diez años más tarde ve como la afición está «en auge», aunque su responsable asegura que no han cambiado «en nada». «Empezamos siendo mucho más novatos, porque teníamos que ir a ensayo y error. Ahora la dinámica es la misma: vamos a entrenar dos veces por semana, no queremos que quienes vengan sean buenos y tengan mucho valor, pues lo que pretendemos es que se disfrute yendo a las ganaderías, cuidando a los animales... eso es lo que hemos hecho desde el principio y seguimos haciendo. No estamos inventando nada, solo echando un cable a los chicos que quieren acercarse a la tauromaquia», concluye Mariano Ruiz.