DIRECTOR Ole Bornedal

INTERPRETES Maria Bonnevie, Gérard Depardieu

PAIS Francia / Dinamarca / Alemania

CINES Palafox-Las salas

Tras repetirse a sí mismo en un innecesario remake estadounidense (La sombra de la noche ) de su primer largometraje (El vigilante nocturno ), el danés Ole Bornedal emprendió una aventura cinematográfica de muy distinta confección y calado.

El vigilante nocturno y su pálida copia hablada en inglés eran ejercicios de suspense claustrofóbico en los que importaba la atmósfera y el espacio donde acontecían los acontecimientos, un depósito de cadáveres. Los personajes eran simples títeres, figuras casi anecdóticas perdidas en el mórbido decorado.

Todo lo contrario ocurre en Dina , una coproducción europea a lo grande en la que prevalecen los sentimientos y la descripción de los personajes por encima de cualquier otra consideración. Dina es una película-río cuyo mayor defecto es el tono telefílmico que respiran sus imágenes. Ole Bornedal se revela un cineasta mucho más pulcro de lo que demostró en su primer trabajo tras la cámara, algo atenazado por la grandeza dramática de los hechos que relataba.

El personaje que da título al largometraje está interpretado por una actriz sueca establecida en Noruega y que ya había dado el salto internacional: Maria Bonnevie apareció primero en Jerusalén, de su compatriota Bille August.

Aquí tiene más posibilidades de lucimiento melodramático, ya que da vida a una mujer decidida sobre cuyas emociones y ambiciones (sentimentales, sociales, familiares, políticas, económicas) bascula toda la historia. Es un filme-río porque abarca varios años y contempla diversos avatares: infancias torturadas, matrimonios por interés, amores clandestinos, pujanzas empresariales, luchas políticas. Todo con el estilo de un folletín nórdico, es decir, una base apasionada y una formulación en exceso fría, distante pese al devenir culebronesco del relato.