La marca 18 chulos nació hace tres años para dar circulación a artistas minoritarios y rarezas musicales inasequibles a la gran industria. El apostolado empezaría por los propios miembros de la cooperativa, una plantilla formada por El Gran Wyoming, Pablo Carbonell, Santiago Segura, Carlos Faemino, Javier Krahe y Pepín Tre.

Después de ocho discos (los hay propios y de El Cigala, Sergio Makaroff y Javier Rubial), el club ha logrado instalarse en la más profunda de las ruinas económicas. Un día al mes, los asociados se reúnen para contar números rojos y tras el encuentro se van a comer a un bar.

En una de estas sobremesas surgió la idea de editar un disco que uniera todas sus voces, a ver si así remontaban la crisis. Alguien propuso el bolero como talismán. Adjudicado. Al próximo encuentro cada uno traería un par de boleros aprendidos y algún invitado que añadiera empaque a la nueva criatura.

Así surgió 18 boleros chulos , un disco que ofrece inauditas estampas sonoras, como la que da Santiago Segura cantando Somos novios con Ana Belén, o El Gran Wyoming atacando Herminia con Diego El Cigala. "Al ver el paño que se muestra en la portada, la gente puede pensar que es un disco de cachondeo. Se equivocan. Nuestros corazones son muy sensibles al bolero", señala Pablo Carbonell, un Antonio Machín revisitado en temas como El huerfanito y Yo te diré .

LIBRE ELECCION

Inicialmente, Carbonell iba a interpretar El reloj con Albert Pla, pero éste pidió cantarla a solas para regalársela a su madre. Cuando todos la oyeron, se cayeron de espaldas. Nadie quiso tocar ni una coma. El reloj de Pla es una demostración de hasta dónde puede llegar una garganta justo antes de quebrarse.

La elección de las canciones fue libre. El Gran Wyoming define su amulatado Amor de loca juventud como "una mezcla de estado comatoso y sentimiento afrocubano". Krahe optó por Miénteme dada su temática. "Va de celos, a los que yo canto mucho. Dice cosas como: ´dime que no es de mi rival la saliva que empapa tu piel´. Me parece tremendo", valora Javier Krahe, quien también eligió Mirando al mar "por lo cursi que quedaba", dice.

El disco incorpora dos boleros escritos por Pepín Tre para la ocasión. Soy un nenúfar solitario lo canta junto a Faemino, de inopinada enorme voz. A la finalización de la pieza, ambos se funden en una surrealista disquisición acerca de la naturaleza de los nenúfares que salió tal cual en el momento de la grabación.

Allí, Pepín Tre revela que fue un nenúfar el que se comió a Livingston. Asumido esto, nadie debe extrañarse de oírle unos cuantos cortes después cantando Yellow submarine. Según Tre, la canción de los Beatles tiene tempo de bolero.

DISCO SERIO

Carbonell insiste en que "éste es un disco serio", y los arreglos musicales no le dejan por embustero. En el disco también participan Pablo Milanés, Martirio y Sergio Makaroff, entre otros. "Aspiramos a amortizarlo", confiesa Krahe. "Esperamos acabar con los números rojos antes de que al banco se le acabe la paciencia. Vender discos se ha puesto fatal", añade El Gran Wyoming. Si funciona, anuncian una serie. Títulos como 18 rancheras, baladas y rock chulos pueden ser los siguientes.