La locura literaria de The Justified Ancients Of Mu Mu, la primera novela del periodista musical Rafa Cervera, la serie de televisión Black Mirror y tres novedades discográficas; la banda sonora de The Panther y los álbumes de Calexico y Mayte Martín. Distopías, utopías y otros artefactos. Al lío.

Bill Drummond y Jimmy Cauty formaron en el siglo pasadoKLF (Kings Of Low Frecuency o tal vez Kopyright Liberation Front, quién sabe), la pareja más revoltosa de las pistas de baile. Reyes de la mezcla y el sampleado, fueron también Justified Ancients Of Mu Mu y Timelords. Publicaron álbumes tan gozosos como 1987 What The Fuck Is Going On (1987) y What Time Is Love (1989). En 1993 dieron carpetazo a su carrera, crearon una fundación que convocó un premio para la peor obra de arte y declararon que no volverían a grabar hasta que no se lograse la paz mundial. Y un año después, en la isla escocesa de Jura, quemaron un millón de libras.

De esa provocación han pasado 23 años y están de vuelta, como Justified Ancients Of Mu Mu, con otro arrebato artístico, literario esta vez: la novela, publicada hace ya unos meses, 2023 La trilogía (Malpaso Ediciones), una utopía distópica, según declaración de los autores; un artefacto tan delirante como entretenido, tan descarado como necesario, según quien esto escribe.

Presentada falsamente como un manuscrito armado por alguien que responde por George Orwell, pero que en realidad se llama Roberta Antonia Wilson, 2023 es una vigorosa mutación de 1984 y Un mundo feliz. Arranca con un planeta idílico gobernado por cinco grandes corporaciones (GeogleByte, WikiTube, AmaZaba, FaceLife y Apple Tree), y cierra con el final de la era Internet.

Tremenda sátira sobre las artes, la política, la economía y la propia literatura, por la novela desfilan personajes reales con roles extravagantes (de Michelle Obama a Yoko Ono, pasando por el subcomandante Marcos y The Beatles). Incluso los autores entran en la ficción, pero lo hacen con experiencias vividas fuera de la narración. Facturada con el mismo espíritu perturbador que sus discos, esta apuesta literaria de JAM es una gran composición paródica que echa mano de cuantas corrientes utópicas le viene a mano. Son 340 páginas repletas de ironía que no dan tregua. What Time Is Love?

Escritor y notable periodista musical, el valenciano Rafa Cervera debuta como novelista con Lejos de todo, libro primorosamente confeccionado por Jekyll & Jill, editorial zaragozana creada por el diseñador Víctor Gomollón, con portada e ilustraciones de sobrecubierta de Roberta Marrero. Lejos de todo sitúa a David Bowie pasando una temporada en Valencia, en 1976, buscando una salida para su crisis artística y su adicción a la cocaína. Pero junto a ese hipotético acontecimiento se narra el verano de un adolescente, fascinado por el cantante, que despierta a la amistad y al amor. Un estío de sueños, pasiones y epifanías. Rafa, con buen tono narrativo, convirtiendo a Valencia capital y a El Saler en escenarios novelescos, combina ambas historias para trazar un sugerente relato de tránsito y de descubrimientos, con gusto por el detalle y la escritura emocional. La pérdida de la inocencia y la mitología pop van de la mano en esta novela que también viene a decirnos que de la bofetada de la madurez solo nos salva la literatura. La buena, claro.

Nada nos acerca más a las distopías y utopías que las tecnologías del tiempo presente. La serie de televisión Black Mirror, creada por Charlie Brooker, es, como dijo The New York Times, la gran antología especulativa tecnológica. Arrancó en 2011 y va por la cuarta temporada. Sus argumentos son los medios de comunicación, la cultura de Internet, la digitalización de la conciencia... No es una serie optimista, pero tampoco es moralista. Y no desecha el sentido del humor. En Black Mirror la tecnología es la excusa para adentrarse en los deseos, la maldad, las bajas pasiones, el control, el poder... En cierto modo es una narrativa audiovisual muy shakesperiana. Técnicamente se nutre de diferentes géneros narrativos y maneja con ironía recursos ajenos, sin olvidar la parodia y la autorreferencia. Black Mirror es el espejo que nos devuelve nuestra imagen más profunda y oscura. La que alberga las mayores pesadillas. Brillante.

Inspirada en y para la película. Así se describe la música contenida en Black Panther: The Album (Universal), creada y producida por ese genio que excede las costuras del hip hop y que reponde por Kendric Lamar. Este caballero, intérprete principal en alguna pieza (en otras hace cameos), ayudado por su colega Sounwave, ha facturado 14 canciones brillantes, poderosas, contando para la empresa con un buen número de intérpretes tanto anglosajones como africanos: Schoolboy Q, Ab Soul, Future, Vince Staples,Travis Scott, Anderson Paak, SZA, Jorja Smith, Yugen Blakrock, Babes Wodumo, Jabulani Hadebe... Lamar ha armado un mosaico vibrante en el que los ritmos se enredan como las cerezas y los textos no se andan por las ramas. Puede que la película sea otra producción más de superhéroes de la Marvel, pero el disco dibuja un tipo de aventuras muy alejadas del cómic.

Las experiencias de los emigrantes, el dolor de los desplazados, los problemas medioambientales... The Thread That Keeps Us (City Slang / Music As Usual), el nuevo disco de Calexico, se muestra más comprometido que nunca. Musicalmente juega con paisajes de banda sonora, con el folk-pop sesentero, con la cumbia-mex (cantada en español por Depedro), con aires reggae ochenteros e incluso con guiños a Talking Heads. En una primera escucha parece una apuesta algo irregular, pero audiciones sucesivas descubren todo su potencial.

No se prodiga mucho, discográficamente hablando la excelente cantaora Mayte Martín, quien, se sabe, gusta de traspasar, sin perder el temple, las fronteras del flamenco. En Tempo rubato (Satélite K), su reciente nuevo álbum, Mayte trabaja con un quinteto de cuerda, guitarra y percusión para dar forma a canciones propias, piezas con letras ajenas (Lorca, Rafael de León) y una versión. Joan Albert Amargós produce, algo linealmente en ocasiones, pero Mayte canta de lujo. Su recreación del tango Sus ojos se cerraron es antológica.