El ciclo estacional de conciertos Bombo y platillo tiene un doble interés: por un lado, programa artistas más o menos minoritarios pero excelentes; por otro, esos artistas proceden de estilos musicales muy diferentes. Esos dos factores hacen que la respuesta del público, pese a que los conciertos se celebran los domingos por la tarde, sea notable. La oferta más reciente del ciclo fue, del domingo pasado, la actuación de Asmâa Hamzaoui & Bnat Timbouktou, de Casablanca, formación femenina que ofrece un atractivo programa de música gnawi.

Practicada por los gnawas, ciudadanos marroquís descendientes de subsaharianos llevados a Marruecos como esclavos, la música gnawi se muestra repleta de sincretismo, misticismo y trance, y tiene en el guembri o guimbri (una especie de laúd de caja rectangular recubierta de piel y con tres cuerdas) su instrumento principal. Las formaciones gnawa suelen ser masculinas, pero artistas como Asmâa Hamzaoui, que cantan y tocan el guimbri, ya no son una excepción. Ahí está también la excepcional Yousra Mansour, vocalista e instrumentista del grupo de Marraquech Bab L’Bluz, que lleva el universo gnawi a territorios de excitantes encuentros sonoros.

La propuesta de Asmâa, acompañada por las voces y krakebs (instrumento metálico de percusión a modo, para entendernos, de castañuelas dobles) de las tres componentes de Bnat Timbouktou, se mueve en un terreno marcado por la tradición, aunque con algunas diferencias: las canciones son, en general, más cortas y melódicas de lo habitual; además, el guimbri, de tonos graves, situados (más o menos) en la frecuencia de un contrabajo), dibuja en ocasiones melodías cercanas a un jazz de tiempos medios, mientras voces y percusiones mantienen una velocidad vivaz. En conjunto, Asmâa Hamzaoui & Bnat Timbouktou armaron un concierto que brilló con más intensidad en su segunda mitad, a partir de la pieza Allal.