En su último álbum, el primero con temas inéditos desde 2013, los barceloneses Dorian, que ayer presentaron su disco en la Fnac de Zaragoza, reclaman Justicia universal convencidos de que, aunque «la humanidad avanza, los ciudadanos del siglo XXI que vivimos en democracias un poquito más avanzadas hemos de exigir justicia de verdad, no de pacotilla».

Por ejemplo, su cara más visible, Marc Gili, opina en una charla con Efe que «es injusto el trato que han tenido ciertos políticos catalanes», casos en los que «el peso de la ley ha caído demasiado de un lado sin que igual tuviera tanto que ver con lo estrictamente judicial. El tiempo dirá qué ha pasado, pero muchos catalanes, independentistas o no, pensamos que no debieran estar en la cárcel», sentencia el músico, que hace extensivo el espíritu del nuevo álbum a todo tipo de colectivos (feministas, LGTB, periodistas...) que «se juegan su pellejo por hacer de este mundo un lugar más habitable».

Año y medio han tardado en darle forma a Justicia universal (Intromúsica Records), que proporciona sus primeros temas nuevos desde La velocidad del vacío (2013) y que toma el relevo a los discos con los que celebraron su primera década de existencia: Diez años y un día (2015) y En directo en Arenal Sound: Diez años en un día (2016).

«Cuando nos pusimos en serio con este álbum, empezaron a fluir las canciones y nos dimos cuenta de que estábamos encontrando el fuego compositivo con bastante facilidad, de que podíamos estar tranquilos y con la seguridad de que estábamos ante un buen disco», confirma Gili sobre un «proceso gozoso».

Entre los temas más destacados aparece Duele, uno de los sencillos de presentación y un clásico para la producción de Dorian en cuanto conjunción de música new wave, electrónica, rock y pop oscuro con el que enjugarse las lágrimas en la pista de baile.

«Habla de qué ocurre cuando uno se convierte en su peor enemigo, cuando estás perdido en la vida y no encuentras tu lugar, haciéndole demasiado caso al diablito que llevas dentro», explica Gili, que también destaca otros temas como Llévame, sobre sus periplos por España y Latinoamérica y Vicios y defectos, en el que colabora Javiera Mena.

La de la chilena no es la única participación ilustre de un álbum en el que también aparecen como invitados Nita (Fuel Fandango) en el tema Buenas intenciones y el mexicano León Larregui (Zoé) en el citado Duele.

NUEVA OLA MADRILEÑA

No se puede obviar tampoco la canción que abre el álbum, Noches blancas, que incluye una mención expresa a la Escuela de calor de Radio Futura como homenaje a los grupos de la nueva ola madrileña que, como ellos, Nacha Pop, Golpes Bajos o Parálisis Permanente, fueron un referente para la banda que compuso otro himno generacional, A cualquier otra parte.

«Nos sentimos en deuda con ellos, porque fueron una de las razones por las que Dorian se decidió a cantar en español en un momento en el que aquí eso no estaba tan claro», informa Gili, que integra Dorian junto a Belly Hernández (piano, teclados y programaciones), Bart Sanz (bajo), Víctor López (batería) y Lisandro Montes (guitarra, teclados, programaciones).

Los compromisos en vivo más inmediatos de Dorian les llevarán el 8 de junio al Festival de les Arts de Valencia y un día después al Palencia Sonora. Seguidamente recalarán en varios puntos de México junto a Zoé, con arranque el 14 de ese mes en San Luis Potosí, León el día 15, Morelia el 16, Puebla el 21, Veracruz el 22 y Xalapa el 23.

De vuelta a España, está prevista su actuación dentro de grandes festivales como el Contempopránea de Alburquerque (Badajoz) el 21 de julio, un día después en el Festival Internacional de Benicàssim (FIB) y el 4 de agosto en el Arenal Sound de Burriana, ambos en la provincia de Castellón, y el 11 de agosto en Sonorama de Aranda de Duero (Burgos).