Un error o quizá una prueba del estampador dio lugar a una obra inédita y de extraordinaria rareza fruto de combinar los dos únicos paisajes que pintó Goya que, sorprendentemente y debido a su simetría, crea un nuevo grabado con sentido. Esta nueva obra, grabada probablemente entre 1910 y 1917, ha sido adquirida por la DPZ que ha pagado aproximadamente 15.000 euros por ella. Así lo anunciaron ayer la diputada delegada de Cultura, Cristina Palacín; el coordinador de Proyectos y Difusión Cultural, Ricardo Centellas; y el vicepresidente primero de la DPZ, Martín Llanas, en el Salón del Trono del palacio de Sástago.

La historia de este grabado, explicó Centellas, se remonta a finales del siglo XVIII cuando «Goya se plantea hacer una pareja de paisajes en lo que será la primera y la última vez que lo haga». Pero el pintor de Fuendetodos no se limita a la percepción estética sino que «plantea dos paisajes idealistas con ese sentimiento terrorífico sublime de la naturaleza influenciado por la corriente filosófica de lo sublime», señaló Centellas.

‘LOS DESASTRES DE LA GUERRA’ / Posteriormente, tras la Guerra de la independencia (que conluye en 1814), Goya comienza con su serie Los desastres de la guerra pero tiene el incoveniente de que necesitaba más de 80 láminas de cobre para utilizarlas como matriz durante el proceso de estampación. Debido a la escasez, Goya tiene que reutilizar los cobres empleados para las matrices de los dos paisajes. «Las coge y utiliza su reverso, incluso los parte en dos porque los grabados de los desastres son más pequeños», desveló Centellas. Y fue allí donde se empezó a construir el error que ha dado lugar a la extraordinaria rareza que ahora ha adquirido la DPZ.

No es hasta el siglo XX cuando la Calcografía Nacional revisa los cobres de los desastres y descubre qué detrás están las matrices de los paisajes. En ese momento, se estampan unos pocos ejemplares de esos paisajes (actualmente, solo se conoce la existencia de tres parejas) y «debió ser en ese momento cuando el estampador comete el error que da lugar a Paisaje con peñasco, construcciones y cascada lo que ha dado lugar a una pieza fuera de lo común y que tiene el valor de trasladarnos a esa revalorización de la obra de Goya que empezó a principios del siglo XX», señaló ayer Ricardo Centellas.

Los posibles motivos del error, explicó Centellas, que ha sido el primero en realizar un estudio sobre la obra que ha sido publicado en el número 32 de la revista Artigrama y que se presentó ayer en el mismo acto, son que Goya diseñó dos vistas con una roca central dibujada con un cierto eje de simetría, lo que provocó que «las matrices pudieran ser intercambiadas y aún así el resultado final fuera un paisajes con una composición aparenteme correcta». Evidentemente, las dos mitades están separadas por un espacio en blanco de arriba a abajo justo en la mitad de la nueva obra.

La teoría que deslizó ayer Ricardo Centellas es que a la hora de estampar los grabados de los paisajes que se creían perdidos para recuperarlos, se siguió el orden «correlativo de los desastres y eso fue lo que dio lugar a este error».

Paisaje con peñasco, construcciones y cascada pasará a formar parte de la colección del Museo del grabado de Fuendetodos donde se podrá visitar a partir de ahora. «Esta institución -indicó ayer la diputada Cristina Palacín- lleva desde los años 80 haciendo accesible la cultura a los ciudadanos y, por eso, colaboramos con municipios como Fuendetodos y desde 1997 formando parte del consorcio junto a otras instituciones. El mejor lugar donde puede estar este grabado es en Fuendetodos», concluyó Cristina Palacín que calificó el hallazgo de esta obra «como fruto del azar y la casualidad pero gracias al tesón y al ahínco del trabajo por la cultura desde la Diputación Provincial de Zaragoza».