El verano es una buena época para visitar las ciudades más cercanas, y en muchas ocasiones desconocidas. Para ello, el Patronato de Turismo de la Diputación de Zaragoza organiza un año más un programa de rutas turísticas que, partiendo de Zaragoza, da a conocer los innumerables encantos de la provincia.

En esta ocasión, se han sumado varias iniciativa, desde la ruta de las Ciudades desconocidas, la ruta de la Música, a la del Cid, pasando por los Castillos del Prepirineo o la ruta del vino.

La ruta de las ciudades desconocidas muestra una provincia desconocida, la que fue fundada hace 3000 años y por la que han pasado indoeuropeos, iberos, celtíberos, vascones, suessetanos, galos y romanos.

El trazado de las antiguas vías romanas, que comunicaban Caesar Augusta con el resto del mundo romano, descubre al viajero sorpresas como ciudades fortificadas, teatros edificados sobre laderas de cerros, pavimentos de mosaicos en casas ricas, acueductos entre campos de trigo... La ruta comienza en la antigua Caesar Augusta, donde los magníficos restos conservados muestran la espectacularidad de la capital del Ebro en la época romana. Un paseo por el teatro, el foro, el puerto fluvial y las termas lleva a conocer el Museo de Zaragoza, donde se conservan las pieza más interesantes y que constituye el comienzo a otros itinerarios.

El primero es el de las ciudades de la I Edad de Hierro, instaladas sobre cerros de fácil defensa, como el Cabezo de Monleón y la Loma de los Brunos, ambos en Caspe, y del Roquizal del Rullo, en Fabara. La Comarca del Bajo Aragón -Caspe también posee restos ibéricos como El Pontet y la Vall, en Nonaspe o los mausoleos de Chiprana y Fabara.

Las ciudades del Jalón constituyen un viaje a la Celtiberia. Construidas en los siglos IV y III a.C. son ciudades amuralladas y elevadas, así como importantes centros comerciales, ya que casi todas acuñaron moneda. Allí está Nertobriga, con una espectacular muralla en Puyrredondo; Segeda, en Mara y Belmonte; Bílbilis, en Calatayud o el cerro de Bámbola, una joya de urbanismo monumental.

Los celtíberos del Moncayo habitaron en ciudades como Turiasu (Tarazona) o La Oruña (Vera) o Borsau, la actual Borja. Las Fortificaciones sobre el Ebro son otro de los itinerarios. Contrebia Belaisca, en Botorrita, que destaca por sus bronces o la ciudad de Mediana son ejemplos, así como la Colonia Celsa de Velilla de Ebro, que esconde importantes yacimientos como Cabañeta o La Corona.

Otro de los viajes lleva a Las Cinco Villas, un claro ejemplo de la relación entre el mundo agrario y el urbano. Se trata de Los Bañales, con sus termas y su acueducto. También destacan los mausoleos de Sádaba y Sofuentes o el sarcófago paleocristiano de Castiliscar.