Enrique Radigales es el ganador del XXVIII premio de Arte Santa Isabel de Portugal que otorga la Diputación Provincial de Zaragoza, por su obra Ni hueso ni pepita, dotado con 9.000 euros. Fernando Romero logró un accésit, por su cuadro La ciudad proyectada, dotado con 5.000 euros; mientras que Alejandro Azón fue el ganador de la beca de residencia de la Casa Velázquez. Las obras de los ganadores junto a las de los finalistas pueden verse desde hoy en la sala Cuarto Espacio (pza. de España), ya que la del Palacio de Sástago está inhabilitada por obras.

Cristina Palacín, diputada de Cultura, dio a conocer los nombres de los galardonados en un acto en el que estuvieron presentes Romero y Azón pero no Radigales, ya que está inmerso en una exposición en Alicante.

Este es el segundo año que se concede este premio, después de haber sido interrumpido durante tres ejercicios, y fue en 2016 cuando la cuantía se amplió de los 6.000 euros a los 9.000 euros actuales, reconoció la diputada.

UNA OBRA MUY PERSONAL

Ni hueso ni pepita fue elegida por su «alto nivel técnico, la pulcritud, la sofisticación y la composición perfecta». Radigales, especializado en pintura en la Escuela Massana de Barcelona y antiguo residente de la Casa Velázquez, explicó a este diario por teléfono que en este proyecto «llevo trabajando desde 2015». La idea nació «de una foto en blanco y negro de mi padre arrodillado en el suelo haciendo un examen de injertos en un árbol durante su etapa de estudios de ingeniaría agropecuaria, me di cuenta de que tan solo una generación me separaba de la agricultura, así que decidí hacer un ejercicio de unir los tiempos».

Ni hueso ni pepita muestra en un lienzo dividido en cuatro cuadrantes a modo de tetráptico las radiografías impresas en papel de algodón que Radigales efectuó a sus bodegones de frutas al óleo, algunas de ellas retratadas embalsamadas y en un incipiente estado de descomposición. «Quería efectuar el contraste entre la velocidad exponencial tecnológica y los ciclos vitales naturales. El tiempo tecnológico es violento, no lo podemos controlar y nunca se cierra, mientras que en los ciclos biológicos todo se renueva», aseguró el artista.

IMAGEN DIGITAL Y PINTURA

Por otro lado, Fernando Romero explicó su cuadro La ciudad proyectada como «un diálogo entre la imagen digital y la pintura que se refieren al paisaje contemporáneo», explicó Romero, licenciado en Bellas Artes por la facultad San Carlos de Valencia y ganador de la beca residencia Espacio Oculto. «El paisaje de nuestro entorno ha ido cambiando fruto de la especulación. Yo quería destacar el proceso artístico que maneja el urbanista y que ese proceso fuese absorbido por la pintura, una disciplina ajena a la especulación que simplemente busca la belleza plástica».

El premio fue concedido por un jurado compuesto por Jose Miguel Acero, director de la Escuela de Arte de Zaragoza; Julio Álvarez, director de la galería Spectrum Sotos; Isidro Aguilera, director del Museo de Zaragoza; y Ricardo Centellas, coordinador de Proyectos y Difusión Cultural de la DPZ, que destacaron «el alto nivel técnico, la pulcritud, la sofisticación y la composición de las obras».

CASA VELÁZQUEZ

La Diputación de Zaragoza anunció también ayer al ganador de la beca de residencia de la Casa Velázquez, que ha sido concedida a Alejandro Azón. El artista fue elegido de entre un grupo de doce aspirantes que presentaron su solicitud. El proyecto que Azón llevara a cabo durante su residencia de septiembre de este año hasta julio de 2018 lleva por título El Objet Trouvé y está protagonizado por objetos perdidos. «Mi proyecto está compuesto por objetos encontrados durante trayectos azarosos por paisajes industriales y zonas degradadas, no tienen valor funcional pero su valor reside en sus capacidades metafóricas y en su carácter evocador», dijo el artista.

El pasado 11 de julio la Diputación Provincial de Zaragoza abrió la recién restaurada sala de exposiciones del Palacio Abacial del Monasterio de Veruela con motivo de la inauguración de la exposición artística Itinerancias 2017, que recoge los trabajos de los residentes de la Casa Velázquez desarrollados durante el curso 2016-2017 hasta el próximo 29 de octubre.

Se espera que dentro de un año Azón exponga en ella sus Objet Trouvés junto con los trabajos del resto de becados de la nueva edición que comenzará en septiembre. «Para mantener la beca les ofrecimos exponer en el Monasterio de Veruela, esperamos que esa colaboración dure mucho años», concluyó Cristina Palacínm quien hizo hincapié en que «ya basta de vivir de rentas, de vivir del nombre de Goya, lo que hace falta es en pleno siglo XXI apoyar a los artistas emergentes».