Los lectores de libros digitales aumentan cada año en España, pero un 64,4% de ellos no pagan por lo que leen, un hecho que preocupa seriamente a editores y escritores, que no dudan en calificar de "cáncer" la piratería de libros. Esta preocupación quedó patente ayer en una mesa redonda del Hay Festival de Segovia, moderada por Pedro de Andrés, presidente del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) con Rocío Isasa, editora de Maeva; Carmen Navarro, directora del periódico Escuela; la escritora e ilustradora Violeta Monreal y Xavi Ayén, periodista de La Vanguardia especializado en temas culturales.

En ese encuentro se habló de la necesidad de fomentar la lectura en España, del "estado lamentable" en el que se encuentran las bibliotecas escolares, de la información sobre libros, reducida muchas veces a los "guetos" de los suplementos literarios, y del daño que está haciendo la piratería a editores, libreros y escritores.

Los participantes coincidieron en que la piratería se debe "penalizar" y en la ineficacia de la Administración para atajar este fenómeno. Ante esa ineficacia, las editoriales se ven obligadas a pagar "un servicio privado, que cuesta un dinero importante, para rastrear las páginas ilegales" de descarga de libros, comentó Rocío Isasa, quien al finalizar el acto dijo a Efe que la piratería de libros "es un cáncer" muy difícil de controlar. "Todo el mundo está descargando ilegalmente. Es sangrante", dijo Isasa.

Según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros de 2012, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), el porcentaje de lectores de libros alcanza ya el 63 % de la población, y cerca del 84,6 % de los niños de entre 10 y 13 años lee libros en su tiempo libre. Estos índices suponen una mejora con respecto a años anteriores, pero ese 63 % de lectores está por debajo de la media de la Unión Europea, que es del 70 %, comentó Isasa.