El zaragozano Café de Levante, celebre establecimiento modernista abierto en 1895, siempre ha estado vinculado con el mundo artístico de la ciudad. El rincón de la calle Almagro ha servido como punto de encuentro por excelencia de bohemios, intelectuales, escritores, artistas de toda índole y personalidades ilustres. El café continúa profesando debilidad por el arte y sigue manteniendo vínculos con los representantes del sector. Los calendarios que llevan produciendo los últimos años son buen testimonio de ello.

Es ya una tradición. "Desde hace doce años el café entrega cada enero un calendario como regalo a sus clientes y desde hace tres, para su diseño piden la colaboración altruista de artistas locales", desvela Óscar Blázquez, propietario del establecimiento. El primero de ellos fue Jorge Gay, quien mantenía una relación de amistad con Blázquez; el segundo Jose Luis Cano, cuya aportación fue una colorida ilustración de Labordeta con el que se rendía también homenaje al cantautor aragonés. Este 2013 el calendario viene de la mano del ilustrador zaragozano Javier Peñafiel, que además es primo de Blázquez.

Colaboración Altruista

El artista, para la ocasión ha ideado 12 pequeños dibujos, uno para cada mes en los que se representan, con trazo sencillo y sobre el fondo de una vieja agenda, a una serie de personajes adictos al café, al igual que su autor, como confiesa: "Soy un fanático, como bebida y como lugar cultural de encuentro, como espacio público. Además, en un momento en el que nos estamos quedando sin espacios públicos, nunca fue más necesario un café abierto como el que tiene mi familia desde hace tanto tiempo en Zaragoza, un lugar centenario". "Me pareció una maravilla que Óscar me invitara a dibujar para este proyecto", añade. Como Peñafiel confiesa, todos fueron realizados en diferentes cafés de Lisboa, ciudad donde se encontraba trabajando.

Con esta propuesta el Café de Levante lo que pretende es "vincular su espacio con los artistas de la ciudad, continuando así con su histórica trayectoria y que, además los clientes puedan tener estas obras en sus casas en un objeto tan utilitario como un calendario". El formato del almanaque en estos 12 años no ha variado pero su diseño ha ido evolucionando. Las ediciones anteriores a las firmadas por artistas, como recuerda Blázquez, tenían como leitmotiv la larga historia del café, sus diferentes localizaciones, o sus camareros a través de fotografías.