DIRECTOR M. Night Shyamalan

INTERPRETES Joaquin Phoenix, Bryce Dallas Howard

PAIS EEUU AÑO 2004

CINES Augusta, Goya, Warner

M. Night Shyamalan se ha creado un problema. Bendito problema dadas las prestaciones comerciales de sus películas hasta la fecha. Sus tres anteriores filmes, El sexto sentido, El protegido y Señales , se basaban en la creación de una atmósfera muy peculiar y quedaban rematados por un desenlace tan inesperado como coherente.

Esta necesidad de que el final sea sorpresivo puede convertirse tanto en un sello distintivo como en una urgencia para el cineasta hindú-estadounidense. Y quizá en El bosque ese desenlace no sea tan satisfactorio como en anteriores ocasiones. Puede que entonces se diga que la originalidad empieza a menguar en un cineasta esclavo de los finales. Sería injusto.

Porque si el final de El sexto sentido era eléctrico (el descubrimiento de la identidad fantasmal del protagonista) y el de Señales de una turbia extrañeza (la pelea final con el alienígena), no es menos cierto que el proceso por el que se llega a esas conclusiones es fascinante.

Lo mismo ocurre en El bosque . Pese a un giro argumental algo forzado, la atmósfera lograda por Shyamalan a lo largo del relato es sumamente personal y atractiva. El director describe una sociedad cerrada, aún más desconcertante que la comunidad rural de Señales . Sus integrantes viven alejados de la civilización junto a un bosque poblado por monstruosas criaturas con las que han sellado un pacto.

Sólo con la descripción inicial, muy pausada, de la situación física y anímica de los personajes se logra cautivar el interés. Después, Shyamalan descompone y compone la historia a su antojo sin engañar nunca a nadie. Sus movimientos de cámara vuelven a crear sugerencia por si mismos. Hay en el filme secuencias rodadas con esa personalidad que convierte a Shyamalan en un caso único en el cine contemporáneo: una agresión con cuchillo, de la que no podemos desvelar más cosas, define por si sola el estilo de este gran cineasta.