Juan Antonio Hernández ´Fortuna´, líder y activista por los derechos gitanos en Aragón, no tiene pérdida. Dice que si, por una casualidad, un día se despista en las fiestas, lo encontraríamos seguro en la basílica del Pilar. "Que creo mucho en la Virgen y sobre todo en Dios. Yo no creo en tonterías, eh". Lo hallaríamos en el templo, sí, pero, cambiando el tercio y puestos a escoger un lugar un poco más prosaico, ´Fortuna´ se decanta por las ferias.

"Las ferias me gustan mucho-mucho, sobre todo el circo y luego también el vinico aragonés que sirven por ahí. El circo me recuerda la infancia. Yo ahí me vuelvo muy infantil; el circo me trae un montón de recuerdos buenísimos de aquella época".

En las funciones él no quita ojo a los animales y se fija igualmente en la cara de los niños que disfrutan tanto como él. "Mis padres, Angel Hernández Borja y mi madre, Francisca Gabarra, eran feriantes. Los ocho hermanos íbamos de feria en feria con caballos, machos y burros en el Pilar, Barbastro, Ayerbe, Huesca, Almudévar... Ahí estábamos con nuestros carros y parábamos en las parideras, durmiendo con las ovejicas".

Juan Antonio Hernández se casó joven, con 17 años, con Asunción Giménez. Han tenido 11 hijos --"son muy trabajadores, están todos ya calocadicos"-- y 22 nietos.

En las fiestas del Pilar suelen quedar juntos muchas veces. "Tengo un cuarto de estar de 42 metros cuadrados y una mesa de cuatro metros de larga. Allí los domingos nos juntamos 28. Es un gozo".

A ´Fortuna´ siempre le han gustado las fiestas del Pilar y se prepara a conciencia: "Sí, me pongo el cachirulo, pero en el cuello. Cuando era pequeño mi madre me lo ponía en la cabeza".[tfirma.070]

IGNACIO IRABURU