La compañía de teatro de Blanca Marsillach y Ecoembes se han unido para difundir la importancia del reciclaje gracias a El cuento mágico, una divertida fábula que hoy se presenta, a las 10.30 horas, en el Centro Cívico Teodoro Sánchez Punter; y que tiene como objetivo concienciar de que "es posible ahorrar en materia prima y que se pueden parar las emisiones de CO2", explica Marsillach.

Los destinatarios, niños de entre 3 y 6 años, a los que "mediante juegos, la música y los cuentos de toda la vida" se les enseña para qué sirven los contenedores, qué hay que meter en cada uno de ellos; además de mostrarles que "un residuo no es una materia muerta" sino que se pueden "construir otras cosas", asegura la actriz.

EL CAOS

En el escenario, dos actores, el mago y su ayudante. El mundo se ha convertido en un caos, incendios, contaminación, calentamiento global y otros desastres naturales... eso en el mundo real, porque en el de los cuentos, todo eso provoca que Caperucita esté en casa de Blancanieves; que los tres cerditos vivan en la de Pulgarcito; y además, el protagonista no puede respirar. Pero, el mago y su ayudante harán que gracias al reciclaje "todo vuelva a su sitio"; porque si "contaminas el mundo real, también el de los sueños" y el de los cuentos. La obra se completa con la proyección de un vídeo, Basurilla, protagonizado por un niño que vive en un mundo de basura.

UNA SEGUNDA VIDA

La escenografía cuenta con elementos reciclados para concienciar al público de la importancia de dar una segunda vida a los materiales que utilizamos día a día. Por eso, en el escenario están los contenedores amarillo y azul, lugares de destino del plástico y el papel; que servirán de apoyo a los protagonistas para enseñar a los espectadores cómo se puede cuidar el medio ambiente haciendo el simple gesto de tirar cada material a su iglú correspondiente. Marsillach reconoce que lo importante es "sumar conciencias", sobre todo, entre los más pequeños porque ellos son los recicladores del mañana, además de llevar a sus padres al contenedor.

España es uno de los países que más y mejor utiliza los contenedores. En el 2013 se reciclaron 1,2 millones de toneladas de envases (el equivalente a 1.050 estadios de fútbol; y desde 1998, 14 millones de toneladas, lo que ha supuesto un ahorro de 13,8 millones de toneladas de CO2; 15,8 millones de MWh de energía; y 375 millones de metros cúbicos de agua.