Está claro. Si hay algo que no se acaba nunca son las ganas de enredar y los foranos que no se enteran de nada cuando llegan a Aragón. Y eso que incluso algunos, tienen hasta ganas de aprender. Con todos estos ingredientes, unidos al lapiz certero de José Antonio Bernal, metidos en una coctelera ha salido Curso de oregonés para foranos. Volumen 2, pues (Mira Editores), de la mano de Jose Videgaín y del propio dibujante zaragozano Bernal en las ilustraciones.

Un libro que no necesita presentación. No porque beba de quizá uno de los programas humorísticos aragoneses más exitosos o porque sea una segunda parte de aquel primer volumen que tanto éxito ya tuvo el año pasado. No necesita presentación porque se acerca uno al mismo, lo abre por cualquier página (digamos, al azar, la página 119) y se encuentra con la palabra consolo. Sí, como suena. ¿Difícil de entender? No, si la acompaña una viñeta de Bernal (El jueves) con la que la sonrisa está garantizada. La clave: noquear al adversario con "una palabra cuyo cambio de sexo quede ridículo y absurdo". Véase consolo como término masculino de consola.

Este nuevo curso de oregonés para foranos está compuesto por veintidós capítulos a lo largo de los cuales, de la mano de Jose Videgaín, los foranos podrán aprender el concepto somarda, o descubrirán cómo deben usar los verbos pretar, cascar, arrear y emoentar o cómo denominamos al frío y al calor o a la delgadez y la gordura en Aragón.

DISPARATADAMENTE DIVERTIDO Dicen los prologuistas de este libro, Jorge Asín y Marisol Aznar, que se trata de un texto cómico y disparatado y que, quizá por eso, triunfó el primer volumen de este exigente curso. Es difícil localizar las causas de las ventas (o no) de una obra, pero lo que sí está claro es que quizá las dos únicas páginas serias sean las del prólogo y, también es evidente, que es un pasaporte casi seguro a la sonrisa, sino a la carcajada, se abra por donde abra el libro.

Mátame camión: Asombro en grado sumo, equivalente a la expresión Me he quedado de piedra. Según el propio Videgain en el libro: "He optado por poner el significado de la expresión porque, si no, no hay manera. Ni tiene nada que ver con camiones ni con matar. ¿Complicado el sinsentido oregonés, verdad? A mí me lo van a decir".

Mención aparte merece el colofón final al libro englobado bajo el título de Anexo gratuito (por todo el morro). Se trata de una serie de pasatiempos realizados e ilustrados por el propio Videgaín (surgidos de una colaboración con una página web aragonesa) en los que se ahonda en el juego oregonés con Sopicas de letras o Crucigramas con chorizo, entre otros juegos.

No parecía, a priori, sencillo transmitir el poder televisivo (auspiciado, entre otros, por Javier Coronas) de Oregón Televisión al papel, pero la verdad (y yo me incluyo en los que tenían dudas) es que, dejando a un lado el poder embriagador de lo audiovisual, Jose Videgain y José Antonio Bernal han conseguido construir un espacio independiente de humor y comedia en el subconsciente de los que lo leen que es muchísimo para los tiempos en los que estamos instalados. Seguro, que al igual que el primer volumen, es un éxito entre el público. De momento, ya se han ganado la carcajada sincera.