La Fundación Gran Teatro Fleta ya no existe. La entidad promovida por el Gobierno de Aragón como fórmula de gestión para los usos previstos en el desestimado proyecto original, que incluía la conversión del centro en una gran teatro de la ópera, ha quedado disuelta al variar sustancialmente los servicios que ofrecerá el futuro espacio, y que incluyen su utilización como centro de congresos.

La Fundación, que nació con un capital social de 210.000 euros (35 millones de pesetas) y con la intención de conseguir también patrocinadores para el futuro coliseo, constituyó el 22 de marzo del 2002 su patronato, que presidía el anterior titular de la consejería de Cultura, Javier Callizo, y estaba integrado por miembros de distintos departamentos del gobierno. Tras las últimas elecciones autonómicas se procedió a la renovación de cargos con los nuevos titulares de los departamentos, por lo que la presidencia recaía en Eva Almunia, actual titular de Educación y Cultura.

Sin embargo, la pasada semana la Fundación quedó definitivamente disuelta "ya que tanto los plazos de ejecución de la obra como la definición concreta de los usos han variado con respecto al proyecto original por la que fue creada", explica Pilar Navarrete, directora general de Cultura y también miembro del ya desaparecido patronato.

OBRAS A CONCURSO

Para Navarrete, "la Fundación nació con el objetivo positivo y bien pensado de implantar determinados modelos de hacer cultura y también preprogramaciones que fueran abriendo boca al público de cara a su puesta en marcha definitiva". Sin embargo, las adversidades surgidas, tanto por la paralización de las obras debido a las excavaciones arqueológicas como por la imposibilidad de llevar adelante el proyecto de teatro operístico, "han obligado de disolverla, pues no era lógico mantener una institución vacía de contenidos y que no respondía a las funciones para las que, según los estatutos, fue creada y además suponía un coste económico y de personal".

En cuanto al futuro del centro, la DGA está a la espera de finalizar las negociaciones con la actual empresa constructora para rescindir el contrato. "Después, el proyecto volverá a salir a concurso para ser adjudicado y, por mucho que queramos, cumplir los requerimientos legales hará que el reinicio de las obras no sea rápido".

Mientras tanto, en la DGA se espera que los futuros usos del Teatro Fleta queden totalmente definidos, "y una vez conocidos, quedará también situado el perfil jurídico del ente que lo gestione, que puede ser un consorcio, un patronato o un servicio dependiente de la consejería", concluyó.