DANZA El 15 de octubre de 1964, el telón de la Ópera de Viena subió y bajó 89 veces en una interminable ovación a la versión de El lago de los cisnes que Rudolf Nurerey acaba de estrenar. Ayer, aquel mítico montaje subió de nuevo al escenario cinco años después después de ser muy representado en los 90, renovado pero manteniendo el respeto al bailarín ruso.