Aunque para muchos siga pareciendo cosa de niños, el origami es un arte que nada tiene que envidiar de otras expresiones artísticas. Así lo demuestran las obras expuestas en la Escuela Museo del Origami de Zaragoza (EMOZ), que ayer presentó una nueva exposición temporal titulada Eric Vigier, el plegador loco que recoge parte de las obras de este artista francés como parte de un programa de exposiciones que ya ha traído a Zaragoza a artistas referentes en el mundo del origami provenientes de Italia, Japón o Corea del Sur.

El acto estuvo presidido por el propio Eric Vigier, además de por Joaquín Merchán, director del Centro de Historias; Jorge Pardo, director del EMOZ; y Laure Vázquez, directora del Instituto de Francés de Zaragoza, que realizó la función de intérprete para hacer llegar a los asistentes a la inauguración las palabras del artista.

Vigier, que lleva practicando el origami desde 1995, está considerado uno de los grandes referentes de este campo en Francia. «Empecé a doblar papel hace veinte años, al principio le dedicaba cuatro horas al día, luego fueron seis, y cuando me hice profesional me dedique a ello durante todo el día» afirmó Vigier.

El artista francés quiso hacer un llamamiento a la dignificación de esta disciplina artística: «Puede parecer muy loco ser un profesional de la papiroflexia, pero es un arte como la pintura o la escritura, hay diferentes técnicas y sirven para transmitir diferentes emociones, espero que la gente que asista a la exposición sea capaz de diferenciarlas» dijo Vigier, cuya obra se caracteriza por mostrar animales fusionados. De este modo, podemos contemplar pandas con cuerpo de pingüino, loros con cabeza de caballo, hipocampos con cabeza de ciervo, o incluso mezclas más aleatorias, como elefantes cuya trompa se transforma en el instrumento musical del mismo nombre. Todas ellas realizadas con papel, motivo por el cual Vigier ha recibido el apelativo de El plegador loco.

«Mis obras son como mis hijos» dijo Vigier, que se lamentó de no haber podido traer sus obras más complejas, conocidas como las Ilusiones ópticas en las que los animales se asemejan a plantas u objetos confundiendo al espectador. «Cada ilusión óptica me cuesta un año entero de trabajo, son mis obras más exigentes» afirmó el artista francés, que demostró que la papiroflexia es una disciplina que requiere constancia y mucho trabajo.

El EMOZ acogerá durante el verano múltiples actividades relacionadas con el mundo de la papiroflexia. Una de ellas, que tendrá lugar el próximo 24 de junio con motivo de la celebración de la noche en blanco, en la que le museo organizará talleres en la plaza España. Otra de las actividades será la instalación de decoración origami en la estación Delicias. El objetivo es, según palabras de Jorge Pardo «que la gente que llegue a Zaragoza vea que es la ciudad del origami».

La exposición de Vigier será parte de la muestra artística del EMOZ hasta el próximo 10 de septiembre.