El teatro y el cine hasta hace unos años discurrían por caminos paralelos pero que no se cruzaban. Algo que ha cambiado en los últimos tiempos: "Están más cercanos de lo que siempre se han creído. Y es maravilloso que uno se nutra del otro, ha ocurrido en la historia del cine y ocurre ahora que los autores teatrales pasen a ser guionistas, que los textos teatrales sean guiones y que se hagan películas soberbias sobre textos de teatro maravilloso. Igualmente, ¿por qué no llevar a la escena guiones soberbios? Por ejemplo, hay algo maravilloso en este proyecto, que es que a partir de ahora, Amantes, al ser un texto teatral, se representará durante muchos años. Esta producción ha dejado un texto escrito para siempre", dice Marta Belaustegui. Para Vicente Aranda, la clave hay que buscarla en el espectador: "El público ha cambiado, ahora el del cine se parece más al del teatro que es más intelectual. Ha habido un cambio, las películas son más inteligentes ahora que lo que eran en mis tiempos y, al final, al público se le ofrece aquello que admite".