Cuatro décadas en un escenario bien merece una celebración. Y eso es lo que pensó hace algo más de un año la Orquesta Laudística Harmonía, que se puso manos a la obra para preparar la mejor manera de celebrarlo, con un gran concierto: «Como siempre nos ha gustado diversificar la música, que no se nos encasille en ningún tipo y poder dar una variedad tremenda de estilos musicales con la propia orquesta, el concierto va a ir precisamente de eso, habrá muchos estilos distintos y muchos artistas diferentes pero unidos en un mismo concierto», explica el director de Harmonía, Fernando Sanz. Así, en la actuación que se celebrará el sábado en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza a las 19 horas, Harmonía estará arropada por, entre otros invitados, La ronda de Boltaña, Beatriz Gimeno, María José Hernández, Daniel Zueras, Joaquín Pardinilla, Miguel Ángel Arregui y diferentes grupos de baile de jota lo que llevará a la orquesta a tocar «desde música clásica hasta pop, folclore…», resalta Fernando Sanz.

La historia de la agrupación es larga y se podría decir que hasta inusual para un proyecto cultural en esta comunidad: «Estamos orgullosos de haber llegado hasta aquí porque somos un grupo que no hemos recibido subvenciones de ningún tipo, lo hemos autofinanciado todo nosotros, hemos subsistido con los conciertos que hemos hecho y con nuestros seis discos. Aguantar 40 años así es para poner una medalla», se sincera Sanz que tiene también muy claro cuál es la clave de la pervivencia de la formación: «Sobre todo ilusión y tratar de captar gente nueva que tenga las mismas ganas porque en 40 años pasan muchas cosas, ha ido renovándose por naturaleza y hemos tenido picos de sierra. Ahora estamos en lo alto y esperamos seguir así».

MÁS DE 40 MÚSICOS

Para este concierto, Harmonía contará con 46 músicos, que llevan preparando el repertorio desde hace más de ocho meses: «Desde septiembre llevamos ensayando dos días a la semana o incluso tres para este concierto, ha habido que hacer arreglos porque de los artistas que van a venir muchos no han actuado con nosotros, ha habido que adaptar canciones de pop, melódicas, folk de otros países como fados, hacemos también el New York… ha habido que adaptarlos a una formación de cuerda y eso lleva mucho trabajo», asevera Fernando Sanz que vuelve a hablar de la diversidad cuando se le pregunta sobre la principal fortaleza de la formación: «La variedad. Si te encasillas en una cosa o eres muy amante de eso o al final te cansas. Lo que se trata es de hacer mucha clase de música muy distinta para que la gente se lo pase bien en los ensayos y sean amenos».

¿Y el futuro qué le espera a la formación cuál es? «Ojalá vivamos otros 40 años pero es complicado… Ya vamos teniendo todos unas edades y el problema de este tipo de instrumentos es que no hay banquillo, cuesta mucho. Se aficiona gente mayor pero la gente joven es complicado, no hay en las escuelas. Al principio se apuntan pero en cuanto ven que esto es algo sacrificado, se van. Antes, cuando éramos críos era una forma de salir, de viajar, de moverte, ahora como todo es tan fácil… Va a ser un problema dentro de unos años y no solo con la nuestra sino con formaciones de este tipo. Esperemos que cambie un poco la dinámica y podamos abastecer la rondalla», afirma Sanz antes de concluir sobre la cita del sábado en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza: «Es un día de fiesta no de tratar de explotar económicamente nada, al contrario, vamos a hacer explotar al público de emoción».