A media mañana el césped del Cámping de Zaragoza, casi vacío, no reflejaba el ambiente que viviría tan solo unas horas después, ya inmerso en la décima edición del Slap! Festival. Su organizador, Víctor Domínguez, prevé una asistencia superior a los cuatro mil o cuatro mil quinientos espectadores, entre quinientos y mil más que en 2018. De hecho, este es el año con mayor venta de entradas anticipadas (unas 3.600, con la taquilla de ayer), y ya no hay alojamiento disponible.

En los momentos iniciales, una multitud de niños experimentaba en el parque infantil. Ellos son parte principal del espectáculo: «Es una forma de ocio que se puede aprovechar no solamente con amigos, sino en familia», aseguró la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández. Para ellos se dedican actividades como talleres y torneos deportivos. Junto a Domínguez y Fernández, Javier Pomar, de Ámbar; y Unai Mensuro, del Cámping, abrieron el festival.

Cerca de ellos, el ambiente era frenético, con técnicos corriendo de un lado para otro. Y es que el organizador calificó los prepartivos de un festival como este como «delicados» y «complicados». Domínguez reivindicó que el Slap! puede terminar siendo el único festival de la ciudad. «Creo que eso no acaba de decir algo bueno de todo lo que pasa en Zaragoza, que tenemos una escena muy importante de conciertos, de actividades culturales…», señaló. No obstante, añadió que han sido diez años de mucha ilusión: «De haber pensado un proyecto entre unos amigos y que al final acabe siendo una realidad que haga disfrutar a tanta gente» es para sentirse satisfechos.

SOSTENIBILIDAD / Sara Fernández recogió las quejas pero afirmó que este es un festival que pone a Zaragoza «en el mapa, no solamente nacional sino también internacional». Algo que se evidencia en el cartel y en los asistentes, ya que «hay gente de Centroeuropa que te viene y conoce el Slap!», declaró el responsable del Cámping.

Gran parte del lugar lo ocupan la barra de bar y la terraza, un espacio que comparte con varias foodtrucks. En ellas se hace patente una de las máximas de esta edición: la sostenibilidad. Colaboran con Ecodes por el consumo de vasos, de plásticos, con actividades y acciones de concienciación. La movilidad es otro de los temas claves de esta cita. Para ello se ha promovido el uso de la bicicleta y el patinete eléctrico. Además, el Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto el bus turístico a disposición de los espectadores, y ha reforzado la línea 41.

El Slap! celebra su primera década con un nuevo escenario, un espacio que evoluciona a lo largo de la jornada. Por el día alberga sombras y agua, y por la noche enciende las luces y el sonido, «el universo Slap», según lo organizador porque es una «experiencia que va más allá de la música».

Poco a poco la piscina acogió más actividad y animó a seguir disfrutando de los conciertos, mientras otros se prefirieron a las batallas del hip hop o el baloncesto. La música negra inundó ya por la noche un escenario que este año acogerá más de 30 conciertos, la programación más amplia de la historia del festival. Un estilo que se escuchará en toda su variedad de géneros. Ayer sonaron Rastaul ft Big Moon & Sam&Kora, White Coven y Battle of Santiago, entre otros; o Sho-Hai y R de Rumba a los platos. Hoy tomarán el micro artistas como Rafi El Camino, Cuti & The Mogambos, Rosin de Palo, Speedometer, Freedonia y Systema Solar y A-WA, uno de los grandes atractivos de esta edición.