La escritora austrIaca Elfriede Jelinek recibió ayer el premio Nobel de Literatura de manos del secretario de la Academia, Horace Engdahl, en una ceremonia privada celebrada en la residencia de la embajadora sueca en Viena.

"Usted ha ampliado el arte literario", aseguró Engdahl, que viajó desde Estocolmo hasta la capital austríaca, en una corta alocución en la que elogio el talento de Jelinek. Junto a Engdahl se encontraba el presidente del Comité Nobel, Kjell Espmark, y la embajadora de Suecia en Austria, Gabriella Lindholm.

Jelinek recibió en casa de la diplomática el tradicional diploma que acredita el premio, la medalla de oro con la imagen del filántropo inventor de la dinamita, Alfred Nobel, y un cheque por valor de 10 millones de coronas suecas, que equivale a un millón de euros.

Jelinek ha subrayado reiteradamente a la prensa, generalmente a través del correo electrónico o por teléfono, que su ausencia de la primera plana pública no es una forma de descortesía ni de desprecio, sino debido a su fobia social.