Título: «No sabes nada de mí»

Autor: Pilar Cernuda

Editorial: La esfera de los libros

La literatura de espías es muy rica porque suele combinar con acierto realidad y ficción. La experiencia de espías reales que fueron excelentes escritores, como Graham Greene o John Le Carré, en juego con su fantasía y técnica literaria derivó, a partir de las entregas fundacionales de Eric Ambler (en particular Las máscaras de Dionisos) en novelas tan inolvidables como Un americano impasible o La chica del tambor.

En paralelo a la ficción literaria y cinematográfica --esta última asimismo riquísima, desde Alfred Hitchcock a la saga de James Bond--, el mundo del espionaje, con sus míticas agencias, del Mosad al MI6, ha deparado sucesivos estudios y análisis a menudo en forma de ensayos. En esta línea, muy recomendables me han parecido, por ejemplo, los dedicados por Mac Entyre a los llamados espías de Oxford, con Kim Philby a la cabeza. O los muy bien documentados casos expuestos por los escritores españoles Fernando Martínez Láinez y Eric Frattini, entre otros.

A toda esta tradición y riqueza viene a sumarse el último libro de Pilar Cernuda, titulado No sabes nada de mí y editado por la Esfera de los Libros.

Pilar Cernuda se ha centrado en un campo prácticamente inexplorado, el de las espías españolas, completamente desconocidas. A menudo, incluso, entre sus propias familias, la mayor parte de cuyos miembros ignora a qué se dedica su madre, su tía o abuela. Los maridos sí lo saben, pero no la índole de su misión. No siempre se les informa de dónde van a ser enviadas sus mujeres ni en qué consisten exactamente sus misiones. Tampoco cuándo volverán, o si lo harán.

Porque, a veces, de una misión de espionaje no se regresa. No lo hicieron los siete agentes españoles del CESID que fueron abatidos en una emboscada en Irak en 2003, en el curso del mayor ataque y del mayor desastre sufrido por nuestra inteligencia en su historia reciente.

Tanto en el CESID como en el CIN español ha habido siempre mujeres, pero su condición de agentes activos, con misiones más delicadas, se ha ido normalizando y ampliando con el tiempo. Y con los mandatos de directores del Centro --o La Casa, según le llaman coloquialmente los propios agentes--, como Manglano o Dezcallar, entre otros que han apostado por la integración de las mujeres en las diversas secciones, incluyendo sus propios mandos de dirección.

Por lo general, el trabajo de las espías españolas se centra en labores de análisis e información, bien sobre el propio terreno, bien desde La Casa en colaboración con nuestros cuerpos armados, Policía Nacional y Guardia Civil, y también con aquellas agencias extranjeras afines, de países amigos con los que colaboramos habitualmente.

Un mundo secreto, altamente tecnificado, desde el cual, y con la máxima discreción, se combaten amenazas de la era global: terrorismo, trata, redes de narcotráfico... Mediante vigilancias y seguimientos, al principio; mediante operaciones, detenciones o capturas no exentas de riesgo al entrar en acción.

Ellas espían mejor.