Una historia "emocionante", unos personajes "memorables" y un mundo "verosímil" son la clave de las películas de animación de los Estudios Pixar, cuyas entrañas se exhiben en una muestra que se abre mañana en Caixaforum en Zaragoza, en la que confluyen arte y tecnología.

"Pixar. 25 años de animación" es el título de esta exposición itinerante, que se inauguró en 2005 en el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York y que, tras viajar por todo el mundo, recala en Zaragoza, donde estará hasta el 5 de enero, ha explicado hoy en el acto de presentación la directora de exposiciones de Pixar Animation Studios, Marem Jones.

Los principales hitos técnicos y artísticos de la compañía desde sus primeros largometrajes en la década de los ochenta se exhiben en esta exposición, a través de 400 piezas, en la que se exhibe con todo lujo de detalles el proceso de creación de 12 de sus largometrajes.

A través de dibujos, vídeos, maquetas, etc, se relata el proceso de producción de películas, como Toy Story, la primera de animación digital del mundo (1995); Bichos (1998), Monstruos (2001), Buscando a Nemo (2003), Los increíbles (2004), Cars y Cars 2 (2006 y 2011), Ratatouille (2007), Wall-E (2008) y Up 7 (2009).

Así, se puede contemplar por ejemplo el reto que supuso para los diseñadores dotar de pelo a Sully, en la película Monstruos, en 2001, con el fin de imprimir más carácter al personaje; o la primera vez que se ambientó una película en un marco real como fue en París, en el caso de Ratatouille.

"Hasta el último detalle" se cuida en la creación de estas películas, en la que "todo se diseña desde la nada, no hay actores, ni objetivos reales" y los artistas "tienen que dar rienda suelta a la imaginación", ha explicado Marem Jones.

"Hay mucha obra de arte" durante la fase de creación de estas películas, cuyo proceso de creación estaba guardado en los archivos de estos estudios, hasta que se decidió sacarlos a la calle por primera vez en 2005 para exponerlos, ha recordado.

Los personajes de las películas Pixar tienen entidad suficiente como para vivir más allá del marco de la película y, aunque los mundos de Pixar son imaginarios siempre procuran ser verosímiles.

Así por ejemplo en el caso de Nemo, los creadores de la película estuvieron practicando buceo en diversos lugares, contemplando acuarios con el fin de recrear un mundo submarino creíble; mientras que en Ratatuile también se acudió a los restaurantes de París para ver cómo se trabajaba en ellos.

El recorrido de la muestra arranca con una enorme maqueta de un personaje de la película Monstruos, al que se tardó en peinar para exponerlo en Zaragoza alrededor de 3 horas, ha explicado Elisa Durán, directora general adjunta de la Fundación "la Caixa".

Para ayudar al espectador a entender un poco mejor este mundo, se han creado dos espacios, uno de ellos, "Artscape", una experiencia visual que permite entender el proceso que requiere el pasar de un dibujo hecho a mano a una película terminada.

El segundo espacio se llama "zoótropo", un aparato que hace girar rápidamente una secuencia de imágenes fijas dentro de un cilindro y que demuestra los principios básicos de animación que había antes del cine.

Asimismo, se pueden contemplar los primeros cortometrajes dirigidos por Johnh Lasseter, un animador formado en la factoría Disney y que es director creativo de Pixar, y que constituyeron un terreno de pruebas para los avances en la tecnología de creación de imágenes por ordenador.

En España, esta muestra ha estado en Caixaforum en Madrid, donde fue vista por 150.000 personas, un tercio de las cuales visitaron por primera vez este museo, y el siguiente destino será Barcelona, ha explicado Elisa Durán.

Si la edad media de los visitantes de Caixaforum en Madrid es de 49 años, en el caso de esta exposición fue de 37 años.