ARTISTA: Distritocatorce. Presentación de ´El sueño de la tortuga´

LOCAL: sala Oasis, de Zaragoza

FECHA: viernes, 4 de junio

ASISTENCIA: 300 personas

Pocas bandas en el panorama del rock español pueden presumir de llevar en activo 22 años. El grupo zaragozano Distritocatorce (nueva grafía para un viejo nombre) puede hacerlo, aunque no se jacta de ello. No presume de tal circunstancia porque, entre otras cosas, mantiene hoy el entusiasmo de antaño y la misma devoción por la música. Sólo así se explica que Distritocatorce, cuya carrera está repleta de largas travesías del desierto, tenga en las tiendas disco nuevo (El sueño de la tortuga ), todo un compendio de rock de factura sólida.

La presentación en directo de ese álbum llevó a la banda que lidera Mariano Chueca a la sala Oasis, el viernes pasado. Allí facturó un concierto intenso, sólo empañado por un detalle algo inexplicable: en la mezcla final la voz de Chueca se mostró durante casi toda la actuación extremadamente baja. El volumen, o sea, no la voz en sí, aunque Mariano tienda cada vez más a las tonalidades más graves. Tonos bajos y una presencia en escena que con el tiempo ha devenido en un cruce entre un Willy DeVille pasado por el peluquero y un cantaor con guitarra eléctrica. Todo un buen síntoma.

Las canciones de El sueño de la tortuga , piezas de Live In Chicago , de Distrito 14 en Cuba y del primer álbum del grupo (Días de gloria y El final ) configuraron el programa de la actuación, ejecutado con un espléndido equilibrio entre la energía de los viejos tiempos y la búsqueda del detalle de los nuevos. El equilibrio, en definitiva, de un rock que apuesta por la madurez sin renunciar su poder agitador; que busca nuevas vías de expresión sin abdicar de los hallazgos logrados. En ese sentido, el planteamiento sonoro, con teclados y violín creando atmósferas por encima de la base rítmica y de las guitarras, es todo un logro.

Así las cosas, pese a que en algunos momentos se rompió el ritmo interno del concierto, Distritocatorce dibujó un emocionante y perturbador paisaje de rocanrol.