Nacho García Velilla recordó ayer que le costó relativamente poco aprender la lección: «Llevábamos un año trabajando en el capítulo piloto de 7 vidas y a mí me parecía que lo que teníamos era muy bueno pero se rodaba en directo y la mayoría de los gags no funcionaron», explicó ayer el aragonés. Hubo que rodarlo nuevamente entero y eso le sirvió para entender que «mi humor particular no valía, lo que tenía que hacer era aprender de la gente. Por eso, en mis películas intento respetar y no imponer el sentido del humor así que no utilizo el mío sino el del público», aseguró el director, guionista y productor zaragozano que ayer, junto a Edu Soto y Juanjo Javierre, protagonizó la sesión 177 del ciclo La buena estrella, dirigido por Luis Alegre, en el que presentaron la película Perdiendo el este, que García Velilla ha coescrito y producido en esta ocasión.

CUESTIÓN HUMANA

«Empecé a escribirla con idea de dirigirla pero tuve un accidente que me hizo tener que retrasar un rodaje en Estados Unidos y se me solapaba con esta así que tuve que buscar soluciones. Paco Caballero (el que ha sido el director) me gustaba mucho por su forma de tratar la comedia sin dejar de lado la cuestión humana y fue el elegido. La dejé en sus manos y ha hecho un muy buen trabajo. Yo me he limitado a controlar que fuera fiel a lo planificado aunque con libertad absoluta», señaló García Velilla.

La comedia Perdiendo el este es la secuela de la exitosa Perdiendo el norte y se desarrolla en China donde tratan de encontrar su camino unos jóvenes emigrantes españoles: «Yo he sido muy viajero de joven y esta película parte de que nunca dejas de admirar que aunque digas que ya nada te va a maravillar, llegas a un sitio y lo hace. Aunque no lo creas hay puntos en los que los sentimientos nos son comunes a ti o tienen otra forma de vivir la religión y China es uno de esos puntos, esos contrastes dan la riqueza».

Edu Soto, por su parte, destacó que ya desde los cástings (tuvo que pasar dos) se dio cuenta de que García Velilla «tenía todo muy claro y es muy agradable estar con gente que sabe lo que quiere». Además, el polifacético actor destacó «la buena experiencia de empezar el rodaje en Hong Kong en una especia de convivencia de todo el equipo. Hacer una comedia si no hay buen ambiente entre todo el equipo es muy difícil. La comedia se trabaja desde el maquillaje. Esos cinco o seis días allí, facilitaron la desinhibición ante la cámara», recalcó Soto.

Juanjo Javierre, por su parte, ha sido el encargado de trabajar la banda sonora del filme y precisamente reconoció que de García Velilla ha aprendido «a pensar en el público y no a despreciarlo».