Es muy fácil conectar con tu propia gente pero lo que realmente queremos los escritores es hacerlo con la gente de otros países y otras culturas y este premio que me dáis aquí es la confirmación de que hay una conexión entre los lectores y los escritores». Así arrancó su intervención John Connolly, el Premio Aragón Negro de honor de este año, cuyo galardón recibió ayer en el Teatro Principal de manos de la consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez. Lo hizo en una gala en la que también se premió al librero Paco Camarasa (ausente por prescripción médica) y en la que Connolly estuvo flanqueado por el director del certamen, Juan Bolea, así como por, además de Pérez, el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés y el director comercial de Bodegas Enate, Óscar Valenzuela.

«En mis libros se habla de compasión y en la época de Trump, del Brexit o de Le Pen es cuando más hace falta la justicia», denunció el irlandés. Connolly, que le dedicó al público una reverencia cuando fue presentado, reivindicó, además, la «literatura de género» de la que dijo que está «habitualmente despreciada con respecto a la ficción literaria» pero que «no es inferior, simplemente hay buena escritura o mala». En ese sentido, el escritor irlandés, que visitaba por primera vez Zaragoza, señaló que «todos deberían aspirar a la calidad y aunque a veces no la alcanzamos, en esa lucha conseguirmos elevar el género». Una etiqueta, la negra, «que también --en palabras del propio Connolly-- permite abordar grandes problemas y asuntos aunque también es divertida».

AUSENCIA MÉDICA / El premio a uno de los grandes escritores del género fue el colofón a la gala de premios del Festival Aragón Negro que también ayer estrenó un nuevo galardón, El mejor de los nuestros, que fue a parar a manos del librero barcelonés Paco Camarasa que disculpó su presencia ya que los médicos le impidieron viajar. En el discurso de agradecimiento que envió y que fue leído por Nacho Escuín, Camarasa reinvidicó que Aragón Negro «es el único festival que recorre toda una comunidad» y que ser el primer premiado de esta distinción es algo «extraordinario». Tanto que lo calificó como «el mejor premio que alguien pueda recibir por lo que sólo siento no saber escribir mejor para poder agradecerlo aunque tener claro que un librero no se jubila nunca».

Otro de los puntos fuertes del acto de ayer fue la lectura del Manifiesto por la igualdad redactado por Elisa Beni, que vino precedido de un debate por la tarde moderado por Laura Latorre y en el que intervinieron la propia Beni, Josefina Musulén y Antonio Muñoz. En el manifiesto, que fue largamente aplaudido, la periodista denunció la situación actual: «Mostramos nuestra preocupación y beligerancia ante el renacimiento de un neomachismo cuyo núcleo argumental consiste en minimizar la desigualdad estructural entre hombres y mujeres (...) y criticar las políticas públicas de igualdad e identificar a las activistas por la igualdad mediante palabras insultantes y huecas (...) Manifestamos nuestro convencimiento de que con la igualdad efectiva todos, hombres y mujeres, ganaremos en dignidad».

En la gala también se reconoció el trabajo de Virginia Aguilera (premiada este año con el premio Francisco García Pavón por su novela Ojos ciegos) y el del argentino Marcelo Luján (que ganó el Hammett de la Semana Negro de Gijón por Subsuelo). Según anunció ayer el propio Juan Bolea, a partir de ahora, todos los años acudirá el galardonado con el Hammett al Festival Aragón Negro. Y es que, según destacaron casi todos los participantes, el objetivo de crear una red de festivales negros.

Pero, además de los premios, las reivindicaciones y las diferentes intervenciones de los representantes políticos, el acto también tuvo un hueco para la irrupción del mítico conde Drácula, interpretado por la actriz Mónica de Miguel que realizó un monólogo muy aplaudido.