Aunque el título de su último disco que da también nombre a su gira es muy directo, «no es un llamamiento a que se apague la radio», dice con alegría Álvaro Tormo, uno de los componentes de Los Zigarros (sala Oasis, 21.30 horas), «sino un canto a la radio que había antes. Cuando nosotros éramos pequeños, en la radio comercial salía AC/DC, Marta Sánchez y Loquillo, Ella baila sola,... había un poco de todo y sobre todo había actualidad, algo que pasara en el país o que llevara a mucha gente a los conciertos tenía su repercusión en la radio», dice el guitarrista. «Hoy es un horror», apunta.

El guitarrista para apoyar su teoría se basa precisamente en un artista zaragozano: «Yo soy muy fan de Kase.O, ha estado haciendo pabellones de deportes con 10.000 personas por toda España y con hip hop con el pedazo de disco que sacó... Yo escucho El círculo y pienso ‘esto debería estar en todos los lados, lo debería escuchar todo el mundo porque es una maravilla’. Tiene mucho de poesía, es arte puro y encima mete miles de personas en sus concierto ¿por qué no es número 1 en la radiofórmula? ¿Qué más hay que hacer para que salga algo de buena música en la radio?», proclama el músico valenciano.

FLECHAZO DE NIRVANA

Ellos mismos serían diferentes si la radio no hubiera tenido las señas de identidad que tenía antes según explica: «No me olvidaré nunca cuando pusieron el Smells like teen spirit de Nivarna. A mí me cambió la vida. Enseguida dije ‘¿eso qué es?’ Eso es lo que quiero ser yo en la vida. Yo descubrí muchas bandas en la radio, por ejemplo Los Rodríguez. Si expones lo bueno a la gente le gusta porque es bueno, no hay más», dice Álvaro Tormo.

Los Zigarros llegan a Zaragoza con un nuevo disco bajo el brazo que se concibió con una sola clave: «Los discos son difíciles de plantear porque te sale un poco lo que te sale pero sí que hablábamos con Carlos Raya y le decíamos ‘queremos que suene todo muy gigante’. Y creo que en este disco suena todo muy grande por lo que estamos muy contentos».

Raya ha sido un colaborador de la banda desde sus inicios, casi a modo de asesor: «Nos aporta muchas broncas.... (risas) Él le da forma a todo, tú te pierdes dentro del disco pero desde fuera él dice tres o cuatro cambios o nos dice ‘ese tema que os mola, no mola’. Tú estás empeñado en que mola pero luego tiene razón el cabrón», comenta Álvaro Tormo.

La realidad es que la banda valenciana no ha dejado de crecer desde que publicó su primer disco (este es el tercero) lo que hace que se vayan cumpliendo algunos de los sueños de sus componentes: «Yo siempre he tenido en mi corazón que me dedicaría a la música desde muy pequeño, lo tenía muy claro pero entrar en una sala y que haya 700 sitios es una flipada. La última vez que hicimos Riviera que vinieron 2000 personas es difícil de creérselo pero es una alegría tremenda», dice Álvaro Tormo lo cua lleva a la siguiente pregunta, ¿uno se da cuenta ahí arriba de todo esto?

«No da mucho tiempo, yo he pasado bolos de desconectar nueve canciones y de repente despertar de un sueño… Lo bueno es no equivocarse en los primeros tres temas, como te equivoques mucho ahí, luego no paras de pensar y en la música no hay que pensar porque se vuelve matemática y pierde todo el alma», explica Álvaro Tormo antes de hacer un alegato al espíritu de su música: «Para mí el rock and roll tiene que tener un punto de juventud de espíritu porque lo lleva la propia música, siempre lo ha llevado pero creo que además de salir de fiesta también tratamos en nuestras letras algunos tema de amor, desamor...».