-¿Qué es este ‘Trimen’, un triple asesinato o una obsesión con el número tres porque los capítulos van de tres en tres?

-Trimen como dice el subtítulo cuenta ese proceso de tres pasos que va del amor al crimen. El tres es un elemento simbólico en toda la novela, incluso en la portada. Es el punto de partida de la investigación de la desaparición de una chica mediática, conocida por el mundo de la televisión, que desaparece en un pueblecito de las Cinco Villas. La Guardia Civil encuentra lo que parece ser el escenario de un crimen pasional y un sospechoso de esos de manual que tiene todo para ser culpable. Todo indica que va a ser un caso de fácil resolución.

-Pero todo se va complicando. Lo único claro es el final de la historia.

-La novela arranca narrando un asesinato pero luego hay que encajar todas las piezas. Saber si el cadáver es el de la desaparecida, pero sí que es verdad que lo difícil en este caso es demostrar la verdad más que entender lo que ha pasado. El caso va ganando carácter mediático, la Guardia Civil, la comandancia de Zaragoza y los UCO se encargan de la investigación. Y se refuerzan con una sinergóloga, que es un personaje muy potente, llamada Davinia Navlet.

-¿Qué es la sinergología?

-Es una ciencia reciente que lo que hace es interpretar o desvelar cuales son las emociones a través del lenguaje del cuerpo. Se está utilizando ya en interrogatorios a delincuentes, con terroristas y secuestradores. Y ella se une al equipo de la Guardia Civil para contrarrestar las mentiras permanentes que van contando los sospechosos. Los sinergólogos no son máquinas de la verdad, sino que lo que hacen es lanzar alertas en tiempo real porque las emociones que se transmiten no coinciden con lo que está contando.

-¿En qué se inspiró para escribir ‘Trimen’?

-El caso está basado en la vida misma. Casos como el de Marta del Castillo... Toda la parte de investigación forense está muy documentada con asesores estupendos que hace que sea un manual de investigación forense en la práctica. El tema de la sinergología está basado en unos clientes de Summum, que es la agencia donde yo trabajo, que tienen una empresa de este tipo pionera en España y con ella he trabajado el tema. Y luego hay un tercer elemento, y es que el investigado tiene una relación sentimental un tanto especial porque vive en un matrimonio a tres.

-Eso le iba a preguntar porque llama la atención.

-Son dos hombres y una mujer que tienen una relación curiosa porque ellos no se consideran poliamor. Ellos simplemente reniegan de eso y dicen que es una relación de amor entre tres personas que han decidido vivir así porque piensan que es la única manera de que puedan ser relativamente felices. Y esta relación está plenamente consolidada y todos la conocen y la asimilan en el pueblo. Esto sí que está basado en la vida real. Mi mujer es de un pueblecito de Soria y allí conocí a un matrimonio de tres, que eran personas de sesenta y tantos años y llevaban juntos desde después de la mili.

-La desaparición de la protagonista sucede en las Cinco Villas.

-Mis novelas son de intriga internacional pero ambientadas en España y preferentemente en Zaragoza y su entorno. Traer esas historias que de hecho están ocurriendo en todo el mundo al entorno nuestro para que el lector las vea más cercanas.

-En la novela se trata sobre los juicios paralelos mediáticos; la desaparecida es una exconcursante de la televisión. ¿Le interesan los nuevos famosos?

-Esta parte del mundo mediático son parte habitual de mis novelas. En este caso es un fenómeno muy buscado porque el que la desaparecida aparezca en televisión hace que el caso se sobredimensione. Yo quería contar sobre todo dos cosas, cómo afecta eso a la investigación porque tener el foco encima hace que sea más difícil la investigación, pero por otro, hace que se tengan más recursos. Y también quería contar como afecta a las familias porque a veces pierden el norte y se ven sumergidos en esa vorágine mediática de que todo es noticia, que es lo que vemos en los medios. Y eso, sumado al dolor, les lleva a dar pasos en falso.

-¿Ser publicista le ayuda a saber qué quiere el lector?

-Es verdad que como redactor publicitario hay un estilo de contar las cosas dirigida a todo el mundo, muy ágil y cinematográfica, pero no soy un escritor de márquetin, que investigo el mercado para ver lo que se está llevando para escribir algo en esa línea. Mi faceta literaria la centro más como una labor de catarsis y de contar las historias que a mi me gustaría leer.

-¿Davinia Navlet, la sinergóloga, tendrá continuidad? ¿Se convertirá en una serie?

-Es la primera vez que uno de mis personajes nace con una posibilidad de continuidad. Hasta ahora escribía más sobre género negro americano, pero a Davinia puede que la recupere en próximas novelas sobre todo por la posibilidad que tiene de aportarme flexibilidad. Al ser un perito puede colaborar con todas las fuerzas y eso me permite contar una historia de la policía nacional o de la Guardia Civil, de corrupción políbica, del CNI...

-Durante toda la Feria del libro firma ‘Trimen’. ¿Qué supone este encuentro con los lectores?

-Es una oportunidad extraordinaria porque yo soy un autor muy de Feria. Los lectores de género negro somos muy fieles y cuando descubrimos uno que nos gusta leemos cada una de sus novelas. Y siempre es bonito porque haces nuevos lectores.

-Firma la serie de ‘Los cabezudos’ y ‘Trimen’. ¿Intenta despistar a su público?

-Es curioso que en las Ferias hay como horarios para cada grupo. Por ejemplo, las familias vienen más al mediodía y los fines de semana; y los lectores de género negro al final del día. Pero los cabezudos sí que lo identifico más con esa tarea publicitaria y el éxito nos ha sorprendido para bien pero es una labor muy bonita sobr todo cuando vamos a los colegios y vemos el fervor que despiertan los cabezudos, los niños se saben las canciones, llevan los libros a la comparsa para que sea el propio cabezudo quien lo firme, como si fuera un futbolista... la verdad es que genera un género fan que es muy gratificante para los autores.