El aragonés Víctor Ullate ha vuelto estos días, con su compañía, a Bruselas, la ciudad que le vio consolidarse como bailarín profesional, para desplegar la magia de cuatro de sus ballets en el Cirque Royal de la capital belga, con los que rememora "por casualidad" a su maestro, Maurice Béjart. Esa casualidad ha querido que la parada en Bruselas de la gira de la compañía de Víctor Ullate recuerde su figura a través de los ballets Y, Après toi y Bolero que fueron en parte coreografiados en el pasado por el propio Béjart.

"Maurice está muy presente en mi persona. No sólo lo he querido y admirado enormemente, estoy agradecido a él y a todas las personas que han hecho posible que yo sea quien soy ahora", expresó ayer el aragonés.

Además de los ballets, que evocan la figura de uno de los creadores de la danza contemporánea, la compañía española representará unos de sus grandes éxitos, Jaleos, que surgió tras una cena en casa de Ullate al ver bailar a los invitados y que se repuso para el 25° aniversario de la compañía. De los ballets que presenta al público belga tanto anoche como hoy, no tiene favoritos, pues como el resto de sus creaciones, para el coreógrafo "los ballets son como hijos; no se puede decir cuál es el preferido. Todos lo son".

"TREMENDA EMOCIÓN" Dos días de gira que llenan de "tremenda emoción" a Ullate al poder recorrer las calles de la capital belga, la céntrica Grand Place o la Rue de la Fourche (donde vivió y ahora se encuentra el estudio Maison Maurice Béjart), tras más de una década sin visitarla. "En Bruselas, mi segunda casa, pasé unos maravillosos años en los que pertenecí al Ballet del Siglo XX de Béjart, una compañía muy de moda que viajaba por todo el mundo, y sobre todo lo fue por trabajar con él, fue espectacular, (...) pues no sólo era coreógrafo, mezclaba el teatro, la danza y la poesía", recordó Ullate.

Además, el corazón de Europa no sólo fue testigo del estrellato de joven Ullate; durante más de una década, allí también nacieron sus hijos, estableció su hogar e incluso pasó buenos y malos momentos, como cuando sufrió un accidente en Cuba que lo alejó de los escenarios tres años.

Sin duda, el paso del coreógrafo por la compañía Béjart marcó su carrera, y reconoce que le "elogia muchísimo" que le comparen con él. "El caso es no pasar desapercibido en esta vida es dejar algo hecho y que llegue al corazón", explicó Ullate al respecto. A pesar de que Béjart le consideró como uno de los bailarines más completos de este siglo, los pasos del español y su compañía no podrían considerase como una continuación del maestro francés. Según explicó Ullate, la compañía de danza belga recibía muchas ayudas económicas del Gobierno, mientras que en España el arte está "dejado de la mano de Dios y en este caso la danza. Siempre estoy empezando, nunca termino de acabar, siempre pidiendo y suplicando que no se olvide del ballet", lamentó.

Aún así, se muestra satisfecho de su trabajo, el cual ha sido "dar a conocer la danza, la cual hace unos años no tenía la expectación de ahora". Sin embargo, consideró que debe cambiar la perspectiva del arte nacional, pues en España "siempre" se piensa que el arte de fuera es mejor, y cuesta reconocer y valorar el propio. "Debemos ser más chovinistas con el arte español, (...) nuestro país ha dado y sigue dando artistas de primera categoría", recalcó el coreógrafo aragonés.

"CARENCIA DE AYUDAS" A pesar de la situación económica en España y la "carencia de ayudas" al ballet de Víctor Ullate, el éxito de sus funciones fuera y dentro del país es un hecho incontestable. La compañía, afincada en Madrid, lugar de residencia de Víctor Ullate desde hace muchos años, ya cuenta dentro de sus perspectivas con giras que le llevarán a recorrer América Latina, Europa o Australia, entre otros destinos, lo que les proporcionará más ánimo y dinero para poder continuar en su "lucha por la danza española", concluye el artista que está viviendo estos días un fin de semana muy intenso en cuanto a recuerdos.