ANATOMÍA DE LA MEMORIA

AUTOR Eduardo Ruiz Sosa

EDITORIAL Candaya

PÁGINAS 573

PRECIO 21 u

"Uno se hace una imagen de uno mismo y, al final, lo que los otros recuerdan de nosotros es muy distinto". De esa "confrontación" nace un "nuevo relato de la memoria". Y de ahí, de ese hecho, nació Anatomía de la memoria (editorial Candaya), la novela del mexicano Eduardo Ruiz Sosa que presentó en La pantera rossa el lunes. Una novela que arranca a principios de la década de los setenta en el norte de México donde Los Enfermos (un grupo revolucionario de estudiantes) pretende "derribar el estado tal y como está concebido". Cuarenta años después, Estiarte Salomón empieza a escribir una biografía sobre el poeta Juan Pablo Orígenes, miembro de aquel grupo.

REFLEJO DE BURTON A partir de ahí, Ruiz Sosa anatomiza la memoria, al estilo de lo que hizo Robert Burton con la melancolía en su Anatomía de la melancolía: "La relación es evidente tanto en la estructura como en la trama pero también en la forma de aproximarse a la temática y a la historia. Él hace una disección con las herramientas de la medicina y la filosofía natural y yo quería hacer eso con la memoria", señala el autor que va más allá: "Es un concurso de voces y parte del método es anatomizar. Hay que partir desde el cuerpo que es lo más superficial, luego entrar en el organismo con la cirujía, el apéndice, la médula que es lo más oscuro para al final remembrarse, juntar los miembros, unirlos y volver a ese cuerpo inicial que ya no será igual. Quería acercarme a la memoria y poder tocarla desde muchos puntos distintos porque, en realidad, no solo la historia de Orígenes tienen que ver con la memoria. Todos los personajes padecen la enfermedad de la memoria".

Algo que se va desarrollando en una novela que "ordenada como una serie de conversaciones o entrevistas entre los personajes" y que es lo que hace avanzar la trama ("al estilo de Lobo Antunes", apunta el autor): "Quería que las cosas partieran de unas cuantas preguntas pero que se convirtieran en una conversación más que un interrogatorio porque la entrevista al final va empezando con preguntas pero luego se convierte en una conversación y acaba siendo un monólogo y es ahí donde esa estructura discursiva va naciendo". Anatomía de la memoria, como su nombre indica, está escrito como un tratado de anatomía pero preservando el lenguaje poético: "Creo que el arte no se debe obviar y por más que se mercantilice, la escritura es arte. Ciertas cosas no se pueden decir de otra manera que con un lenguaje poético, incluso en el día a día. Nos ayudan a explicarlo mejor. Para hablar de algo tan maleable como la memoria, pienso que el lenguaje con el que mejor se puede asir este asunto es con el de la poesía sobre todo a partir de la lectura de algunos poetas, Gamoneda, Gonzalo Rojas... que encuentran esa manera de nombrar lo que parece que no existe", señala un Ruiz Sosa que escribió esta novela gracias a la beca de creación literaria Han Nefkens que le permitió cursar durante un año el máster en Creación literaria de la Universidad Pompeu Fabra a la vez que se dedicaba a escribir.

La novela aún encierra una clave más, el absurdo. "Se ha hablado mucho del realismo que lo hay pero, en realidad, el libro tira al absurdo. Es una de las palabras que creo definen ciertos momentos de la historia, momentos en lo que uno piensa esto podía haber pasado o no pero si pasa tampoco es una locura. El escritor mexicano Toscana le llama realismo desquiciado, una realidad donde la locura es normal. Yo, cambiaría desquiciado por absurdo".