Otra vez un Enrique Ponce de lo más grande, y un César Jiménez pegado a su estela, con tres y dos orejas, respectivamente, brindaron una gran tarde de toreo ayer en Valencia. Se lidiaron tres toros de Luis Algarra --segundo, cuarto y sexto--, y tres del Puerto de San Lorenzo. Todos desiguales y justos de presencia.

Enrique Ponce: estocada perdiendo la muleta (dos orejas); y pinchazo, media y descabello (una oreja tras un aviso).

Javier Conde: estocada (palmas); y media estocada (bronca).

César Jiménez: pinchazo y estocada (una oreja); y estocada (una oreja con petición de la segunda).

Enrique Ponce ha vuelto a triunfar a lo grande. Valencia se le rindió por segundo día consecutivo. El triunfo volvió a ser cosa de la técnica, del valor, la improvisación y la gracia, el arte de torear en suma. En el primero rozó la perfección, aunque fue en el cuarto cuando, a un toro más complicado, lo toreó con elegantes lances, pegando pases impensables, incluso ligándolos entre sí. César Jiménez quiso estar también en el podium y lo consiguió con un toreo muy serio y de mucha garra.