Israel Galván de los Reyes ha conocido desde muy pequeño cual es el espíritu del flamenco. Creció rodeado de tablaos y del ambiente que generan, de la mano de sus padres José Galván y Eugenia de los Santos, bailaores sevillanos. En 1994 se unió a la Compañía de Danza Andaluza, dirigida por Mario Maya. En 1998, presentó con su propia compañía ¡Mira! / Los Zapatos Rojos, un espectáculo que fue alabado por la crítica, y es considerado una revolución en los espectáculos de flamenco. Desde entonces ha recibido varios premios y galardones, entre los que destacan en el 2005 el Premio Nacional de Danza en la modalidad de Creación, en el 2012 Bessie Award for an Outstanding Production, de New York, y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Consejo de Ministros. Galván apuesta en su arte por la renovación del flamenco a través de nuevas técnicas pero sin olvidar las raíces profundas de las que surge este género.

-La obra que está llevando a los escenarios, ‘La Edad de Oro’, ¿qué muestra del flamenco?

-Es una obra hecha en el 2005. No refleja solamente lo que es el baile, también el canto y la guitarra. Es pasear por todos los palos del género, Es un viaje a la base fundamental del flamenco.

-Ha sido reconocido en varias ocasiones por renovar el flamenco sin olvidarse de sus raíces ¿cómo se traslada esto a ‘La Edad de Oro’?

-En el 2005 este espectáculo era raro, moderno. No era habitual hacer un espectáculo solo con un cantaor, una guitarra y un bailaor. Para hacer algo nuevo te tienes que ir atrás. La clave, para mí, es la tradición junto a los tiempos que vivimos.

-¿De qué artistas clásicos suele extraer las referencias para sus obras?

-En cuanto al baile las referencias vienen de Vicente Escudero, Carmena Maya o Mario Maya. Hay otra generación que ha servido de puente, la de Enrique Morente, Paco de Lucía. Cada flamenco tiene una personalidad única.

-¿Se dirige ahora hacia un flamenco más clásico o quiere seguir con espectáculos más experimentales?

-Al final es que tú sigas bailando, reinventarte o seguir descubriendo cosas de uno mismo. Yo voy escribiendo mi propio libro de ideas del baile. Apuesto por el momento en el que estoy.

-El cantaor que le acompaña en esta gira es José Valencia y el guitarrista Alfredo Lagos. ¿Cómo se coordinan sobre el escenario los tres artistas?

-Los tres nos conocíamos desde hace mucho tiempo. Somos como los niños del barrio. Creo que tenemos esa cosa de estar jugando al fútbol, a los futbolines, al billar, en el momento en el que respiras sabemos cómo es. Es un cantor con una gran voz. En La edad de oro, cada uno de ellos no están solo para que baile yo, sino que yo estoy también para bailarles a ellos.

-¿Este espectáculo sigue un hilo conductor, una historia que vertebre cada pieza?

-No, no hay ninguna narrativa. Son pequeños bailes, pequeños cantes, y cada uno de ellos tiene su manera y su propio recorrido. El cambio de clima es el que da esa sensación de pequeñas historias.

-¿Hay alguna rama concreta del flamenco que le gustaría explorar en el futuro?

-Lo que hay es una página en blanco, me gusta porque no hay nada y hay un montón. Siempre estoy con los ojos abiertos y al final se te revelan a ti mismo las ideas. Es verdad que lo importante es tener la capacidad y la sensibilidad abierta.

-¿Se encuentra actualmente trabajando en un nuevo proyecto?

-No, ahora lo que voy a hacer es volver a poner todos los espectáculos en marcha. Es el momento de ver qué pasa, de bailar según lo que te venga. El próximo espectáculo va a ser mucho tiempo después, tengo varios, pero es más el momento de bailar que de buscar producciones.