-¿Qué es este espectáculo Sombras?

-Es un viaje a través de la farruca, de un número que me marcó mucho desde el inicio de mi carrera y que siempre decimos que realmente es mi sombra, la sombra que me acompaña. Al cumplir 20 años de compañía no hemos querido hacer un espectáculo que resume los mejores momentos de todos los espectáculos sino intentar darle una identidad nueva desde algo tan marcado como mi farruca.

-¿Qué recorre este espectáculo?

-Es un recorrido por distintas sensaciones, colores e incluso hay un viaje por distintos palos del flamenco que empiezan a través de mi farruca y que terminan en mi farruca y en el que se ve lo que hemos podido aprender durante todos estos 20 años. Es un espectáculo tipo concierto con un pequeño hilo argumental que todo el tiempo está basado en la sombra, la silueta, en lo que te acompaña, en todo lo que pueda significar la palabra sombra no solamente por ella misma sino que es algo mucho más profundo.

-Sombra, en este caso, como mensaje positivo. Un mensaje al que, desde luego, se ha mantenido fiel en sus 20 años de carrera.

-En eso, y creo que hoy más, se valora más el pensar que lo que se transmite a la gente es algo positivo, lleno de esperanza y alegría y es una parte muy bonita. No por eso quiere decir que no sea profundo, hay partes de muchísima profundidad pero no de tristeza ni de nada negativo, todo planteado como una energía muy bonita. En esto decimos que tiene muy buena sombra.

-¿La alegría es intrínseca al flamenco?

-Bueno, según… hay artistas que incluso se sienten más creativos en la tristeza, en el dolor, en la lucha por las injusticias y después hay otros artistas que sentimos que eso lo podemos hacer desde otro punto de vista para poder mostrar también lo que eres. Está la obligación de tener la libertad para poder expresarse desde dentro que mucha veces hace que salga tu propia personalidad. En mi vida personal soy muy positiva también y ahí se nota. Pero no quiere decir que haya artistas maravillosos que también se basan en la parte más dura y triste del flamenco que, por supuesto, también la tiene.

-Me habla de libertad y creo que esa puede ser la palabra clave que defina su trayectoria en estos 20 años de carrera en que poco le ha importado lo que digan de su arte.

-Creo que sí, el trabajo, la entrega, la libertad, realmente es vital, siempre que uno tenga, como dice mi madre, la medida de las cosas, la justa medida. Yo creo que es muy importante sentirte libre para poder expresarte desde dentro y eso hace que puedas mostrar algo diferente, algo en lo que puedas crecer. Y es verdad que soy por encima de todo una enamorada de mis maestros, nunca tengo palabras suficientes para agradecer todo lo que me han enseñado y tengo una relación muy bonita con ellos hasta con los que no tenemos aquí. Yo creo que ellos son los que me han enseñado a luchar por lo que yo creo y siento. Ahí es verdad que es muy importante poder sentirte libre, respetar tener presente la tradición pero también poder dejarte llevar, cerrar los ojos y que tu corazón salga. Técnicamente el trabajo está ahí, cuando tienes una técnica buena es cuando te das cuenta que la aparcas y te dejas llevar por los sentimientos y, sin libertad, eso sería imposible.

-Ha pasado de ser alumna a ser la maestra de las nuevas generaciones, ¿cómo se digiere este paso?

-La responsabilidad es grande. A veces lo piensas y te pone muy nerviosa pensar que tienes que estar en un escaparate donde hay generaciones que se fijan en ti. Gracias a Dios, me siento muy orgullosa de que no estoy sola en esto, esto es un gran equipo en el que vamos luchando e intentado hacer un trabajo lo más serio y honesto posible. Hay chicas jóvenes que me miran como yo miro a mis maestros aunque todavía tengo esa mezcla de saber que he aprendido mucho pero que me queda mucho por aprender. El sueño que tengas lo cumples si verdaderamente entregas el 100% de lo que eres, si eres trabajadora, honesta y respetas a los tuyos. Ser mamá también me ha cambiado mucho, lo veo todo muy distinto.

-Usted ha dicho que el flamenco es, ante todo, sentimiento.

-Hay que buscar. No te viene porque sí, cuando te venga que te pille trabajando. Para recibir a ese duende o esa cosa especial tiene que ser que pongas todo tu empeño en que eso esté ahí, que te pille preparado pero no hay nada más bonito que el dejarse llevar, el sentir, el crear desde la libertad… Pero hay que trabajar para tener esa facilidad del lenguaje en todos los sentidos y poder dejarte llevar y expresarte igual que cuando se escribe, cuando más palabras sepas, más libertad tendrás para escribir. A veces cuando bailas ya no son unos pasos, es tu lenguaje, tu manera de expresarte y si pones el corazón y los sentimientos por delante a la fuerza te sale algo con una energía bonita. Eso es porque adoramos lo que hacemos, porque nos gusta, lo sentimos, no hay un momento en el que tú tengas que hacer un papel sino que sientes lo que haces y de esa manera el sentimiento se transmite directamente.