«Creo en la unión de los distintos». Con esa frase que podría ser inocente en cualquier otro contexto, Ramon Fontserè resumió el ideal de Els Joglars, la compañía catalana que nunca rehúye ningún asunto por el que se le pregunta y que no duda en denunciar, «no sin pena», que en Cataluña no les «alquilan, como decía Josep Pla en sus tiempos», apuntó Dolors Tuneu. ¿A qué venía todo esto? A que Fontserè, Tuneu y el aragonés Alberto Castrillo-Ferrer presentaron ayer Señor Ruiseñor, la producción que pondrán en escena en el Teatro Principal desde mañana hasta el domingo. Los tres estuvieron acompañados en el acto por el gerente del Patronato de las Artes Escénicas, Víctor López.

FASCINACIÓN POR SU VIDA / Señor Ruiseñor parte, explicó Fontserè, «de la fascinación que tenemos por la vida de Santiago Rusiñol, este hombre de la burguesía catalana que escogió una vida de libertad y que hizo del arte un objetivo y una manera de vivir». La producción está protagonizada por un jardinero que pierde su trabajo habitual y le recolocan en el Museo Rusiñol como encargado de las visitas («se enamora tanto del personaje hasta confundirse con él», dijo Fontserè) en las que toma el papel del propio artista hasta que el nuevo patronato del centro lo convierte en el Museo de la Identidad Integradora.

Y es ahí donde se encuentra la esencia de esta obra: «Representa una visión abierta del país, amante de todo el territorio en confrontación con esa Cataluña que tenemos... lo confrontamos a partir de la vida de Rusiñol. Dicho de otro modo, es la reivindicación del arte como patria universal en contra de la patria identitaria», indicó el director y protagonista de la producción.

En su labor ha tenido como aliado al aragonés Alberto Castrillo-Ferrer como director de escena: «Hemos revivido la Corona de Aragón», bromeó Fontseré y, de ahí, lo de la «unión de los distintos». «Cuando empecé a estudiar -recordó Castrillo-Ferrer- iba a ver todos sus espectáculos y es un gusto trabajar con compañías artesanales pero exigentes porque vuelves al origen del teatro y entiendes el porqué hacemos esto. El teatro no da respuestas, hace preguntas y lo que hacen Els Joglars es conmover al espectador. El cuerpo, el gesto, el texto, la coreografía, la música... esto es teatro del bueno», reivindicó el aragonés que no es el único que participa en la producción ya que David Angulo ha sido el compositor de la música.

«En Rusiñol -explicó la actriz Dolors Tuneu volviendo a la obra- el sentido del humor iba implícito por lo que está claro que esta obra lleva el sello Els Joglars. El humor -añadió- nos sirve para desacralizar. No hay que mirarse al ombligo sino mirar al mundo y la patria del arte es en la que coincidimos. Rusiñol decía que amaba más una pieza de Mozart o un cuadro de Velázquez que a cualquier pueblo o patria y en esa idea hemos trabajado en esta producción».

Con respecto a la puesta en escena (la obra se prolonga por espacio de 90 minutos), los tres coincidieron en que es «un espectáculo muy visual que cuenta con coreografía, que es muy divertida y que se construye a partir de la belleza estética de Rusiñol que queda reflejada en diferentes proyecciones».

Señor Ruiseñor llega a Zaragoza tras haberse estrenado en Valladolid y después viajará al María Guerrero de Madrid. ¿Y Cataluña? Es difícil -dijo Tuneu-. No es una realidad que nos guste pero es así aunque si sale, estaríamos encantados...» A su lado, Fontserè explicó un poco más: «Intentamos entrar en Cataluña y con El coloquio de los perros estuvimos en Barcelona pero la realidad es que no fue mucha gente y como esto es una aventura artística pero también económica...». «A pesar de todo eso, tenemos una gira estupenda», zanjó la cuestión Dolors Tuneu.

Junto a Ramon Fontserè y a la propia Tuneu, compartirán escenario con ellos en el Teatro Principal Pilar Sáenz, Xevi Vilà, Juan Pablo Mazorra y Rubén Romero en una función que se podrá ver mañana (donde a la conclusión, dura 90 minutos, habrá un coloquio con el público) y el sábado, a las 20.30 horas, y el domingo desde las 18.30 horas. Las entradas para cada una de las funciones (que se pueden comprar en los cajeros y la web de Ibercaja y en las taquillas del teatro en horario de tarde) cuestan entre 5 y 25 euros.