"No me recuerdo nunca queriendo ser otra cosa que escritor". Con estas palabras comenzó su charla el escritor y periodista Juan Manuel de Prada, invitado por Ibercaja para abrir su ciclo de Joven Narrativa Española ayer por la tarde, a las 19.30 horas en el Centro de Exposiciones y Congresos de la entidad. Allí, y ante unas 250 personas, impartió una conferencia titulada Mi descubrimiento de la literatura , en la que disertó largamente sobre su origen como escritor

El premio Planeta 1997 por su obra La tempestad y recientemente calificado por la publicación New Yorker como uno de los cinco mejores escritores jóvenes ahondó en su pasado y raíces literarias: "La literatura me ha servido siempre como una sesión de terapia. Yo no crecí en una familia de literatos; no es que tampoco hubiese desdén hacia la lectura, pero teníamos pocos libros". Y explicó: "Mi vocación hacia este mundo me vino de manos de mi abuelo, que era un estupendo narrador oral. Con él compartí muchos momentos de mi niñez, incluidos paseos que acababan en la Biblioteca Municipal, que terminó por ser el lugar donde se fue fraguando ese interés por los libros. Allí comencé a leer vorazmente cuantos libros caían en mis manos y empecé a plantearme que eso, escritor, era lo que yo deseaba ser".

PESIMISMO EXISTENCIAL

El escritor reconoció que, si bien su abuelo le abrió ante él el mundo literario, también le contagió su carácter. "Mi abuelo me influyó mucho, tanto, que me contagió su pesimismo existencial, que era muy acusado. Esto hizo que desde muy pequeño tuviese una perspectiva de la vida impropia de mis años, así como una especie de timidez áspera que siempre me ha acompañado".

Además de estas influencias, De Prada apuntó también que siempre ha sentido predilección por las escrituras bíblicas, las historias sagradas: "Me marcaron mucho, tanto en mi faceta como escritor como en mi manera de ser".

El columnista de Abc y escritor de obras como Las esquinas del aire o La vida invisible insistió en que siempre ha tenido "la necesidad de contar historias", algo que ha sabido complementar con su labor periodística. "Ser un escritor de creación entraña el riesgo de vivir en un mundo irreal. Por eso, escribir en prensa viene muy bien como contrapunto, porque metes las manos en el mundo de la actualidad, lo tangible", afirmó. A la hora de apuntar los riesgos literarios, De Prada se mostró contundente: "Una de las mayores desgracias de la pasión lectora es que con el tiempo se mitiga, como la amorosa".

El ciclo, que se prolongará hasta el 3 de junio, continuará el próximo 1 de marzo con Kiko Amat, que impartirá una conferencia bajo el título de Fanzines, underground y la nueva literatura .