El aplausómetro hablaba por sí solo: la noche del domingo, en la gala de los MTV Europe Music Awards celebrada en Bilbao (tercera ciudad española que los acoge, tras Barcelona en el 2002 y Madrid en el 2010), las actuaciones más esperadas eran las de Rosalía... y Jason Derulo.

La votación popular no fue lo bastante efusiva para que Rosalía se llevara el premio a Mejor Artista Local (que fue a parar a los indies Viva Suecia), pero se ganó al público del Bizkaia Arena desde el primer segundo, apareciendo en escena por la puerta trasera de un camión mientras entonaba una parte de De aquí no sales. Después, bordó una masiva Malamente junto a veintitantas bailarinas de vestimenta futurista. Las palmas y los «¡trá trá!» los ponía también el público, con pasión esclarecedora. Huelga ya decirlo, lo leemos unas cuantas veces cada día, pero «a star is born».

Antes, había inaugurado el espectáculo, seguido desde casi 180 países, la rapera Nicki Minaj, que pasó por Bilbao para recoger los premios a Mejor Artista de Hip Hop y Mejor Look, y, de paso, interpretar algunos temas en el escenario (o escenarios, cuatro, unidos a un centro circular por pasarelas diseñado por Julio Himede) su reciente single Good form, Woman like me (con Little Mix) y, cerca del final, apropiadamente, Time to say goodbye (con David Guetta y el querido Derulo).

Poco después del triunfo de Rosalía, fue el turno de Janet Jackson de explicar, a través de un medley de éxitos, por qué este año recibía el premio MTV Global Icon. Canciones de varias de sus épocas: su single veraniego Made for now y, volviendo atrás en el tiempo, All for you y la inmortal Rhythm nation, todo ello en compañía de percusionistas africanos, comefuegos o más de 20 bailarines. A sus 52 años, todavía destila energía y fiereza, aunque asomó la sombra del playback.

Ninguna actuación fue, digamos, minimalista. Brandon Urie, de Panic! At The Disco, cayó a escena colgando de un cable, cual Ethan Hunt de Misión: Imposible en sus tiempos mozos. Bebe Rexha emergió (vestida) de una bañera para cantar I’m a mess y Halsey y se dejó empapar por la lluvia artificial para Without me. Algo más sobria estuvo Alessia Cara: solo parecía llevar un traje un par de tallas más grande que la suya. Ya como colofón de este Loco Espectáculo del Pop, Marshmello llenó el pabellón de cabezas hinchables y pelotas con forma de chuche sonriente mientras sonaban FRIENDS (con Anne-Marie) y Happier (con Bastille).

CABELLO, ACAPARADORA

En cuestión de premios, Camila Cabello fue la reina de la noche. La exmiembro de Fifth Harmony recibió su primera distinción, la de Mejor Artista, de manos de los actores Michael Peña y Diego Luna. Exclamó un convincente «¡estoy flipando, tío!». Después, caerían en sus manos los premios a Mejor Canción, Mejor Vídeo (en estos dos casos por Havana) y Mejor Artista Mundial.

El de Mejor Artista Pop fue a parar a las manos de Dua Lipa, a la que horas antes se había visto explorar La materia del tiempo del escultor Richard Serra en el Museo Guggenheim.