Una de las fiestas culturales más hermosas del año es el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, más conocido como El Breve. Desde hace algunos años, se celebra todos los primeros lunes de febrero en el Museo Marítimo de Barcelona, con la editora Elena Ramírez como maestra de ceremonias. El Breve apuesta siempre por la calidad de una novela de autor que aporte algo, o mucho, a esa gran corriente de incontenible creación literaria que abarcaría desde Berceo a Torrente Ballester, de Quevedo a Cela. Los ganadores de los últimos años, Fernando Aramburu, Ricardo Menéndez Salmón, Elena Poniatowska o Fernando Marías apuntalan el compromiso y consolidación de dicho criterio.

Este año, el galardón ha recaído en un autor aragonés, Antonio Iturbe, hombre de letras, profesor, crítico y autor de varias novelas, entre la que destaca La bibliotecaria de Auschwitz. El Breve le ha sido otorgado por A cielo abierto, una ficción con la figura de Saint-Exupéry como protagonista central.

En la presentación, Iturbe destacó que había querido imprimir a su relato un empaste de novela de aventuras con claves morales y éticas en la interpretación del protagonista y su extraordinaria aventura vital. Llamó la atención y despertó el interés esta declaración porque, si bien en un principio sonaba a reminiscencia del pasado, pronto dedujimos que casi todo héroe, descubridor, guerrero, misionero, aventurero, es moral en el sentido que a los ojos de los demás, de su tiempo, y a veces de la posteridad, accede a convertirse en una referencia ejemplar, en una maestría, en una escuela, en una estela, en un mito.

En ese sentido, Saint-Exupèry, el piloto romántico que sobrevolaba las líneas enemigas, África, la cordillera de Los Andes, que escribía libros maravillosos, como El Principito, y que un mal día desapareció a bordo de su avión, tragado por el mar, sin que se supiera cómo, abatido por quién, y sin que apareciera su cuerpo, ha permanecido a resguardo, más que de la idolatría, de una cierta momificación que, al menos para los lectores españoles, Iturbe viene a conjurar con una novela de aviadores, con Saint-Exupéry, Mermoz y Guillaumet como compañeros de vuelo y aventuras, ala con ala, escribiendo juntos la historia pionera de la aviación y las arrebatadas páginas de una original, entrañable, arriesgada, larga amistad.

Una hermosa historia.