No teman: no hablaremos de villancicos (bueno, de algunos sí). Estas canciones, entonadas a punto de comenzar el invierno, tienen otros registros. Zum, Zum, Zum. Lean y escuchen.

Diríase que la canción El viaje es el epítome musical del conjunto de piezas que conforman Cantos de Ultramar (La Huella Sonora), el nuevo y reciente disco de Juan Perro (para despistados, Santiago Auserón), armado con espléndidos músicos de jazz de mirada abierta y corazón caliente. Estos cantos muestran un acercamiento nuevo a algunas de las composiciones del álbum El viaje, que Santiago grabó en solitario en 2016. La esencia se mantiene, pero el resultado cambia. Asistimos, pues, ahora a un baño de negritud que enlaza lo afroamericano con lo afrocaribeño sin perder de vista el componente ibérico. Son cantos que fluyen como ríos hacia el anchuroso pronto, repletos de arreglos precisos y preciosos, de detalles y de brío, con la voz de Auserón ajustándose al devenir de los músicos, construyendo un todo comunal y ultramarino.

Editado solo a través de la plataforma Bandcamp, 2020 Live At Ilé ÌFÈ (Discos Ifá) es un vigoroso artefacto sonoro registrado en casa por Otura Mun (creador de ÌFÉ, ese excelente proyecto de santería y contemporaneidad) y Lavoski, la nueva voz del grupo, con piezas de su álbum IIII+IIII (2017) y de canciones editadas posteriormente. Es como una explosión de la simplicidad en la que se revisa a Bad Bunny en clave de rumba. Además, ÌFÉ ha publicado el EP The Living Dead | Ashé Bogbo Egun, una plegaria festiva a los difuntos reformulada musicalmente, responsorial y casi de trance, presentada en tres movimientos.

Zan (mujer, en farsi), editado por Glitterbeat, es el segundo disco de la cantante, actriz y activista israelí-iraní Liraz, grabado con colaboraciones clandestinas de músicos residentes en Irán. Elementos tradicionales (baglamá) y actuales acompañan a la voz de Liraz, quien se muestra tanto en la línea de las grandes divas de oriente medio (Dolate Esha), como en el terreno de la modernidad retro (Joon Joon) y en una faceta más contemporánea: Nafas.

Canciones de temporada o lo que es lo mismo: el álbum navideño de Calexico. Se titula Seasonal Songs (City Slang / Music As Usual), y en él colaboran Bombino, Gaby Moreno, Gisela Joao, Nick Urata y Camilo Lara. Sí, hay villancicos venezolanos como Burrito sabanero, también versiones de escrituras de Tom Petty y John Lennon & Yoko Ono. No todo el contenido brilla con igual intensidad, pero hay que agradecer que se salte los clichés. Y en Peace Of Mind se recomienda: «Sólo relájate y deja que pasen las fiestas».

Suiza y residente en Berlín, Sophie Hunger ofrece en su séptimo álbum una mirada al complejo distrito de Kreuzberg, donde vive, zona musicalmente vital y socialmente depauperada. Nervio, calma, soledad, multitud, nocturnidad... Evocadores pianos jazz, electrónica espacial (ochentera unas veces, percutiva otras). Incluso hay ecos del vetusto cabaret.

Return To Greendale (Reprise / Warner) recoge la grabación del segundo de los conciertos (sin los bises) que Neil Young dio en Toronto, en 2003, durante la gira de presentación de su comprometido disco Greendale. Un tour teatral y casi operístico. Hay aquí profundidad, fuerza, tensión y un sonido dinámico. Excelente la pieza de 13 minutos Grandpa’s Interview. De los dos CD el segundo destaca por su rotundidad.

Vuelve Mario Galeano con Cera perdida (Discos Biche), nuevo disco de Frente Cumbiero, el segundo en más de 10 años. Cumbia instrumental, periférica y bastarda, en la que mandan el saxo, el clarinete y el bombardino. Psicodelia, free-jazz, fanfarria y otras especias dan cuerpo a esta nueva entrega de tropicanibalismo.

No teman que a su traje le salpique el oleaje en el sinuoso viaje que el dúo aragonés El mantel de Noa propone en Islas errantes (Músicas Encantadas), su segundo álbum. Pilar Gonzalvo se encarga del arpa irlandesa y la zanfona, y Miguel Ángel Fraile toca lo que le echen (instrumentos de viento de medio mundo, acordeón diatónico y mussete). Se trata de un recorrido sonoro por tradiciones de aquí y de allá y composiciones propias, en un delicado y embriagador tránsito. ¡Boguen, boguen!

Aunque la descolonización del Magreb fue un trago para el país, la Francia gaullista de los años 60 desarrolló un gran apetito por lo exótico y todos sus tópicos. Así, produjo mucha música de inspiración latina y oriental que trascendió sus fronteras. Cha-cha au Harem. Orientica-France 1960-1964 (Born Bad Records) es una sabrosa compilación en 17 canciones de ese espíritu feliz y algo ingenuo de los días previos a la revolución sexual. Dansez-vous?