No es casualidad que el programa con el que la Wind Orchestra hará su debut (mañana, sala Mozart, 20 horas) como grupo residente del Auditorio de Zaragoza se llame Homenaje. «Para nosotros -dice Rubén Navarro, miembro del equipo director de la orquesta- estar dentro de estas residencias es como estar en la órbita o estar fuera, nos da estabilidad y nos asegura la permanencia de un proyecto que nació en 2011 y ha sido duro mantenerse, hemos tenido un casmino bastante tortuoso».

Para su puesta de largo de su residencia, la Wind Orchestra, dirigida por el prestigioso belga Frank de Vuyst residente en Valencia, ha escogido un programa que se abrirá con la Sinfonía número 8, de Antonin Dvorak y continuará con Give us this day, de David Maslanka, y Oscar for amnesty, de Dirk Brossé. «Dvorak es uno de los compositores que más ha escrito para vientos mientras que las otras dos piezas son dos originales y Brossé es un activista por los derechos humanos en El Salvador», explica el propio Rubén Navarro.

Como su propio nombre indica, la Wind Orchestra, es un grupo «de viento y percusión con alguna excepción ya que incluimos algunas cuerdas y eso nos permite tener matices con respecto a una banda de música», señala el propio Navarro que recalca que es una formación «de gran nivel compuesta por estudiantes profesionales».

Pero, para los no iniciados, ¿cuál es la diferencia fundamental entre una orquesta de viento y una sinfónica, por ejemplo? «Aquí son los instrumentos de viento los que dan el soporte sonoro», dice Navarro que prosigue con su explicación: «Las agrupaciones de viento, además, tenemos repertorios muy jóvenes ya que la mayoría se han compuesto desde finales del siglo XIX, algo que, por ejemplo, no sucede con lo que abordan las orquestas sinfónicas que utilizan, evidentemente, un repertorio escrito hace mucho más tiempo. De hecho, ahora mismo se escribe mucho más para agrupaciones de viento que para orquestas sinfónicas», asevera Rubén Navarro que explica que son 52 los músicos que componen la orquesta y los que ofrecerán el concierto mañana. Una cita para la que llevan «dos o tres días con el trabajo muy concentrado para que todo salga perfectamente en nuestra presentación», explica Navarro en uno de los descansos de los ensayos.

Los planes futuros de la Wind Orchestra Zaragoza, una vez pase el concierto de mañana, incluyen preparar una nueva cita «para primavera que irá aparejada con una minigira que haremos por Castilla-La Mancha y Madrid», concluye Rubén Navarro.