Un libro de viaje. Pero también un ensayo elaborado. O un reportaje novelado. "Es inclasificable", confiesa Enrique Vila-Matas después de dar todas esas definiciones cuando se le pregunta por su última obra, Kassel no invita a la lógica (Seix Barral). Aunque sin insistirle más, rápidamente va más allá en su explicación: "Indaga en el sentido del arte, busca y, al buscar, confraterniza con el sentido de la vida". El barcelonés ofreció ayer dos coloquios en La Puebla de Alfindén y Zaragoza en el ciclo Conversaciones con el autor que organiza la DPZ.

Kassel no invita a la lógica parte de la participación de Vila-Matas en Documenta, al que fue invitado para participar en el 2012. "Se plantea una discusión sobre la vanguardia del arte actual y el libro, además, contiene las reflexiones de un paseante solitario y reivindica el paseo como actividad anticapitalista. Así, como para correr aún te venden zapatillas de marca, en pasear y pensar no han podido meter la pezuña, todavía son gratis", explica el escritor que vivió su experiencia en Kassel en un estado de euforia: "Todo lo que vi me parecía asombroso debido a un estado de euforia que iba en aumento, era como si me hubiera tomado una pastilla que me impulsar a tener mayores dosis de optimismo". Y es que, Vila-Matas, no duda en confesar que todo aquello que entiende no le interesa: "Lo veo y me parece muy bien si es un Rembrandt, pero me voy. Aquello que no entiendo es para mí mucho más interesante porque me abre puertas al conocimiento e investigo".

EL ARTE, EN EL CENTRO

"El arte debería estar en el centro de toda nuestra actividad como individuo", dice Vila-Matas que asegura que defiende que lo que vio en Kassel está a años luz de la realidad de un país como el nuestro: "La Documenta no está mercantilizado. En ella se puede ver lo último de las manifestaciones de vanguardia actuales, por lo tanto no está emparentada con los museos, las galerías, los galeristas, con todo este mundo mediatizado que, por ejemplo, está en Arco. Hay otra forma de hacer las cosas", asegura desde la experiencia de haber estado en Kassel, "una auténtica sociedad de cultura".

Sin embargo, la idea que subyace en todo el libro es el estado de Europa: "Aparte de ser muy divertido, tiene un contrapeso brutal que son las ruinas de Europa, en las que todavía estamos. Curiosamente, el lema de la Documenta era Colapso y recuperación. Teóricamente, en Europa estamos en la recuperación pero se ha vivido de enterrar el pasado y no se va hacia adelante, se ha construido el presente alrededor de lo que ocurrió, además para silenciarlo", asevera el escritor que cree que es muy fácil hacer esa reflexión desde el corazón de Alemania: "Kassel era una ciudad muy importante por su universidad y los hermanos Grimm escribieron allí sus primeros cuentos. Y allí, en ese lugar me pasó algo. Cuando salí de un restaurante por la noche a la hora de volver al hotel, me perdí, tuve que regresar al restaurante porque había cogido un atajo y me di cuenta que estaba perdido en el lugar exacto donde se había escrito el primer cuento que leí. Entonces, resulta que el libro también podría interpretarse como un viaje a la ciudad donde se escribió el primer cuento infantil que yo leí y donde me perdí igual que me encuentro".

Vila-Matas encontró en Kassel, donde participó escribiendo cara al público en un restaurante chino, una reivindicación del paseo que le llevó a este libro: "La tesis de la novela es que el arte pasa como la vida y la vida pasa como el arte, vida y arte serían lo mismo", concluye.