Con las bolsas agotadas y los libreros muy optimistas, porque las ventas arrancaron con fuerza, "incluso mejor que el primer fin de semana de la pasada edición", transcurrió el primer domingo en la Feria del Libro de Madrid, según su director, Teodoro Sacristán. Un día con el tiempo jugando a favor, soleado y sin calor agobiante, en el que la asistencia de publico --muchos jóvenes, niños y perros con la lengua fuera por el cansancio-- fue masiva. Y es que para Sacristán, que ya ha pulsado durante este fin de semana el primer sentir de los libreros, asegura que está claro, por la experiencia que dan los últimos años, que la gente se reserva a la feria para comprar sus libros.