DIRECTOR Michael Moore

GENERO Documental

PAIS EEUU

AÑO 2004

CINES Renoir

Desde el punto de vista ético, la trayectoria cinematográfica de Michael Moore es irreprochable. En Roger and me ajustó cuentas con el presidente de la General Motors tras una serie de reestructuraciones improcedentes. Con la repercusión de The big one logró que Nike dejará de emplear niños como mano de obra barata. Y en Bowling for Columbine , la película que le convirtió en una auténtica estrella mediática, arremetió contra la cultura de las armas en EEUU.

Su siguiente paso fílmico era lógico. Moore tenía al presidente Bush entre ceja y ceja, y el descubrimiento de sus relaciones con los mandatarios saudís y con la mismísima familia Bin Laden fue la espoleta que lo hizo saltar todo. El resultado: Fahrenheit 9/11 , donde lo que se quema no son los libros a temperatura Fahrenheit 451 sino la vida política estadounidense.

Hay un fragmento demoledor en el último trabajo documental de Moore, aquel en el que Bush no sabe qué hacer ni a dónde mirar cuando, durante una visita a una escuela infantil, uno de sus asesores le susurra al oído que dos aviones pilotados por terroristas se han estrellado contra las Torres Gemelas.

En esa imagen capturada oficialmente, y que Michael Moore y su equipo de colaboradores han rescatado de un archivo, está concentrada toda la inutilidad y soberbia del máximo mandatario norteamericano. Contra él arremete el cineasta con su habitual saña recubierta de sentido del humor y del espectáculo.

El montaje es demagógico y Moore no destaca especialmente por su sobriedad y contención, aunque hay algunos momentos de Fahrenheit 9/11 en los que apuesta más por la sugerencia. Pero su película es extremadamente útil. Aunque manipule el choque entre imágenes, éstas hablan por sí solas, y las de Bush de vacaciones en pleno trabajo, saludando a los jeques árabes o recibiendo huevos el día de su investidura presidencial no pueden engañar a nadie.