Para varias generaciones de televidentes españoles, Narciso Ibáñez Menta pasará a la historia como el protagonista de apariencia inquietante y voz cavernosa de Historia para no dormir , una de las series --actualmente editadas en DVD-- realizadas por su hijo Chicho Ibáñez Serrador. Pero el actor asturiano, que murió ayer a los 91 años tras una larga enfermedad, fue algo más que la prolonganción en la pequeña pantalla de los terrores de su único y afortunado vástago.

Tan versátil como Fernando Fernán Gómez, Narciso Ibáñez Menta deja una productiva obra en teatro, cine y televisión, realizada en España y Argentina. Nacido en Sama de Langreo, Oviedo, el 25 de agosto de 1912, Ibáñez Menta emuló al cómico estadounidense Buster Keaton, cuyo debut en los escenarios se había producido a muy temprana edad. De hecho, superó a Keaton en precocidad: 15 días después de nacer, ya apareció en una obra interpretada por sus padres, Narciso Ibáñez Cotanda y Consuelo Menta, que figuraban en la misma compañía teatral.

Hasta 1930, experimentó, con el nombre artístico de Narcisín , la característica vida itinerante de los cómicos de la legua. En 1930 se afincó con los suyos en Buenos Aires, convirtiéndose con el paso de los años en actor y director teatral, intérprete y ocasional realizador cinematográfico y guionista de radio y televisión. Debutó en la pantalla grande en 1942 y gracias a la película de Luis César Amadori Alma fuerte (1949), consiguió todos los premios posibles en el cine argentino.

PERSONAJES MISTERIOSOS

Ibáñez Menta regresó a España en 1963, y trajo con él un estilo particular de interpretar personajes misteriosos e intrigantes. De hecho, en los escenarios había dado vida a dos de los clásicos del folletín terrorífico, El fantasma de la Opera y Jekyll y Hyde . A pesar de que se inclinó por este tipo de relatos en el cine español, con filmes como Pasto de fieras, La saga de los Drácula y Más allá de la muerte , fue en la pequeña pantalla, y de la mano de su avispado hijo, donde lograría sus mejores éxitos.

En la televisión en blanco y negro de los 60, una serie como Historias para no dormir se convirtió en todo un clásico, un ejercicio que hoy se extiende a la mitomanía. Las apariciones, tan elegantes como mórbidas, de Ibáñez Menta constituyeron uno de sus mayores reclamos.

Fue lo mejor del actor en el regreso a su país, junto a algunos dramáticos televisivos como ¿Es usted el asesino? , ya que su posterior carrera cinematográfica se limitaría a composiciones de reparto en Sábado, chica y motel, qué lío aquél , Prestámela esta noche y Yo hice a Roque III , entre otras lindezas. Su última aparición fue en una serie argentina en 1997.

Un año antes, tuvo que ser operado con urgencia del corazón para implantarle un marcapasos, a causa de un bloqueo ventricular. Se casó con la actriz Pepita Serrador y tras la muerte de su esposa, contrajo primero matrimonio con Lidia Cortés, profesora de baile del Conservatorio Nacional de Argentina, y luego, en 1988, con Lidia Haidee Rosas Rojas.