Renata Tebaldi ha interpretado por última vez la escena de la muerte de la diva y se ha marchado sin esperar que se abriese el telón para escuchar los aplausos del público. La gran soprano italiana, de 82 años, y gran rival en los escenarios de Maria Callas, falleció la madrugada del domingo en su casa de San Marino, a donde se había retirado en el último año afectada de una enfermedad terminal.

"Ha muerto tantas veces sobre los escenarios de todo el mundo, que casi no me puede creer que esta vez lo haya hecho de verdad", manifestó ayer su inseparable dama de compañía, Tina. Aunque se había retirado en el 76 a causa de un grave problema en las cuerdas vocales, sus fervientes seguidores, aquellos que nunca consideraron a la Tebaldi como la rival de la Callas sino como la gran voz de la lírica, seguían idolatrándola y recordándola en todos los teatros del mundo.

"He considerado siempre mi voz como un regalo de la naturaleza y fue por amor y respeto a este don prodigioso por lo que decidí dejar de cantar y evitar la mortificante decadencia", dijo en una entrevista concedida hace dos años a la televisión italiana con motivo de su 80 cumpleaños. Incluso a esta edad, la gran soprano nacida en Pésaro, la tierra de Rossini, mostraba la apariencia de la bella mujer que fue, con una dulzura y un encanto que en su tiempo dieron tanto juego cuando se la comparaba con la belleza fría de la Callas.

En Italia, el duelo Tebaldi-Callas, se vivió con la misma pasión de las gestas en el ciclismo de Coppi y Bartali, cada una con sus seguidores y detractores pero ambas inmensas. "Nunca busqué enfrentarme a la Callas y me ofende si alguien piensa eso. Esta fue una historia demasiado montada pero, en el fondo, me dio una enorme publicidad gratuita", recordaba recientemente.

Pero la rivalidad entre Tebaldi, la voz de ángel , como la había denominada Arturo Toscanini, cuando la eligió en 1946 para la reapertura de La Scala tras la guerra, y la diabólica Callas dio mucho que hablar entre los apasionados de la música lírica de la época.

La única tristeza con la que ha muerto Renata Tebaldi ha sido no poder ver resplandecer de nuevo a su querido teatro de La Scala. Como aquella vez con Toscanini, la ópera volvía a Milán despu¨s de mucho tiempo pero esta vez la protagonista no sólo no era Renata Tebaldi sino que nadie pensó en invitar a la que fue la gran diva del teatro milanés. "Era su gran ilusión participar el pasado 7 de diciembre a la reapertura de La Scala pero no lo hemos conseguido", ha contado un amigo de la soprano.

Muchos seguirán recordándola como la antiCallas pero en su historia destaca, sobre todo, su trabajo con más de 70 directores diferentes, entre ellos Giulini y Karajan, y el gran repertorio de sus "amadas mujeres",, sobre todo de la lírica italiana, Tosca, Manon Lescaut, Mim¬, Madama Butterfly, Violetta, Desdemona o su preferida, la Juana de Arco de Verdi. El éxito no sólo llegó en Italia sino también en el extranjero, sobre todo en Francia, España y EEUU, país en el que, se dice, encontró el refugio adecuado. Allí se convirtió en la reina del Metropolitan y terminó su carrera interpretando la Desdemona de Otelo .