Llevaba dos décadas sin dirigir teatro, pero la espera ha valido la pena, el protagonista de El abuelo es el autor de Morir cuerdo y vivir loco , una coproducción del Centro Dramático de Aragón y Centro Dramático Nacional, que se estrenó en Zaragoza el pasado martes y que hoy (20.00) concluye sus funciones antes de ser llevada en Madrid. Fernando Fernán Gómez no ha podido asistir al estreno en el Principal, pero accedió a contestar unas preguntas de este diario a través de e-mail.

-- ¿Qué le motivo a escribir una obra sobre El Quijote? ¿Y a dirigirla?

--La idea de componer esta adaptación no fue mía, sino un encargo de Francisco Ortega, director del Centro Dramático de Aragón. En cuanto a dirigirla, desde hacía veinte años no recibía ninguna oferta para dirigir teatro y, además, acababa de componer la obra y estaba encariñado con el tema.

-- Una persona tan polifacética como usted, ¿qué encuentra en el teatro que no halle en otras disciplinas?

--La presencia del público mientras se está trabajando es lo que más le diferencia del cine o de la literatura y lo que más me atrae.

-- ¿Cómo se logra una obra tan grande hablando de un loco que sale a la calle?-- La verdad es que obras con locos sueltos, que se escapan del psiquiátrico o que están a punto de ingresar, hay varias tanto en el cine o en el teatro como en la narrativa. Algunas de mucho éxito. Es un tema en el que, como en cualquier otro, hay aciertos y fracasos. Pero para llegar a lo que llegó Cervantes basta con ser un genio.-- ¿Qué se encontraría ese quijote?-- Un mundo en lo exterior muy distinto al que encontró Alonso Quijano y en lo interior muy parecido.-- ¿Morir cuerdo y vivir loco

-- ¿Qué se encontraría ese quijote?

-- ¿ habla del final de las utopías o de la necesidad de mantenerlas vivas? O de ninguna de esas cosas... ¿Con qué intención abordó el guión?--No con intenciones tan elevadas. Entre mis propósitos entraba no traicionar a Cervantes y poner mi trabajo al servicio de los actores.-- ¿El mundo de hoy crea quijotes o más bien sólo locos sin ideales?-- En la sociedad actual yo no puedo ver más que lo que me cuenta la prensa, radio y televisión. No se suelen referir a locos con ideales.

-- ¿El mundo de hoy crea quijotes o más bien sólo locos sin ideales?

-- Qué le parece la creación del Centro Dramático de Aragón. ¿Los centros dramáticos son fórmulas válidas? En todo caso, ¿cuál debería ser el camino a seguir de este tipo de organismos?-- Actualmente el teatro es una diversión minoritaria. Pero en una democracia que se precie de tal hay que atender al gusto de las minorías. Creo que es válida la fórmula de los centros dramáticos siempre que no tengan tendencia a convertirse en cotos cerrados, siempre que propicien el intercambio, la libertad de trabajo.

-- ¿Por qué el concepto de teatro clásico sigue enamorando en una época en la que se tiende a valorar más lo denominado vanguardista?Entiendo como clásico lo que permanece por encima de la evolución del gusto. La denominada vanguardia tuvo su auge en los años veinte del siglo pasado. Pero de aquella vanguardia, hoy retaguardia, algunas obras se han convertido en clásicas.

-- No me refería tanto a la vanguardia histórica como a los experimentos escénicos que puedan hacerse hoy ¿Son todos válidos en una época en que todo lo que suena a nuevo y rompedor parece que deba ser tomado como auténtico por el mero hecho de ser moderno? ¿Es el teatro de hoy reflejo del mundo que vivimos?-- No creo que el teatro tenga necesariamente que ser reflejo del mundo en que vivimos, ni que tenga que ser escuela de costumbres. Ni que tenga que ser, de antemano, una cosa o la otra. Debemos aspirar a que los actores, autores, técnicos puedan llevar a cabo su obra con el máximo de libertad.