--¿Cómo se inicia en la papiroflexia?

--Siempre hemos plegado algo todos alguna vez, aviones, barquitos... Un día ví una exposición de papiroflexia en un centro cultural y descubrí que ofrecía muchas posibilidades y que quería explorarlas. Me puse en contacto con gente que le gusta para irme aficionando más y ya empecé a crear mis propias figuras y hasta ahora... 30 años casi sin parar.

--¿Todo el mundo puede hacer papiroflexia?

--Sí, ¡claro! Lo bueno que tiene la papiroflexia es que es muy amplia. Hay figuras sencillas para la gente que empieza o niños pero también figuras complejas para expertos. No es cierto eso de que se necesita paciencia, ni ser especialmente cuidadoso, simplemente hay que elegir la figura adecuada a tu nivel y tus intereses.

--Lo que más llama la atención en su exposición Papiroflexia bicolor son los dioramas, ¿cómo surgen?

--Hace un año y medio cuando se abrió el museo, vinimos a visitarlo y me propusieron hacer una exposición de toda mi obra, que es bastante amplia y ver si podíamos hacer unos dioramas y adaptarlos al espacio de aquí y luego colocar vitrinas con figuras diferentes. Estuve casi seis meses trabajando porque el problema que tienen los dioramas es que no solo tienes que plegar la figura sino que también tienes que plegar todo el paisaje, las hierbas, los árboles, las proporciones... pero poco a poco los hemos ido haciendo.

--¿Qué son primero, las figuras o los dioramas?

--Mis figuras siempre han seguido una temática, he tenido una etapa de figuras fantásticas, otra de dinosaurios... Entonces tenía claro que iba a hacer un diorama de dinosaurios, uno de figuras fantásticas y todo así. A partir de las figuras que tenía decidí los dioramas y, a partir de ahí, echarle mucha imaginación y muchas horas aunque está claro que las figuras condicionan el propio diorama.

--¿Cómo es el proceso de crear figuras?

--Todas las figuras son creaciones mías, originales. Plegar con un modelo puede hacerlo todo el mundo, lo difícil es crear una figura nueva. Primero tienes que saber lo que quieres plegar, luego analizar la figura que quieres plegar para descomponerla en sus partes básicas porque, al fin y al cabo, la papiroflexia es doblar un papel distribuyéndola para conseguir las puntas que define la figura y, para ello, primero hay que descomponerla. Por ejemplo, un perro necesitas cuatro puntas para las patas, una para la cabeza y otra para la boca... Así vamos distribuyendo el papel y queda la última parte que es la transposición, porque un doblez es realmente una línea recta y hay que hacer que para la persona que lo vea sea un ojo o una boca y eso es lo más complicado porque cada uno tenemos un concepto diferente de lo que es un perro.

--¿Cuántas figuras tiene?

--He hecho unas 200 creaciones. No guardo todas las figuras como tal, lo que hay que hacer para acordarte de ellas es dibujar los diagramas, que es como la partitura de una composición.

--¿Se puede vivir de esto?

--Yo no vivo de ello... Se podría hacer pero habría que moverse mucho y no solo dedicarse a la creación...

--¿Por qué cree que llama tanto la atención la papiroflexia?

--Por el gran desconocimiento. La gente no sabe realmente lo que es, descubren algo que nunca habían visto. Ni se habían planteado que se podían hacer tantas cosas y les llama la atención la complejidad técnica, las horas que hay que dedicarle... aunque es lo mismo que una persona que toca la guitarra.

--¿Qué le parece este museo?

--Estoy encantado, te aseguro que no hay nada como esto en el mundo, sobre todo de esta profesonalidad y con obras de todo el mundo. He estado en muchos países y no hay nada igual. Es una de las mejores cosas que hay en Zaragoza junto al Pilar.