Nada más empezar la gala, se le acercó Eduardo Ducay y le preguntó si sabía quién era. "¡Cómo no te voy a conocer!", le contestó Gaizka Urresti antes de oír de Ducay que le había "encantado el corto" y que iba a ganar. Una escena parecida sucedió con Enrique Urbizu. "Es una gozada que gente con tanto talento estén ahí contigo", recordaba ayer el cineasta vasco pero afincado hace muchos años en Zaragoza ("yo soy vascomaño" dice con alegría), después de un intenso día después de ganar el Goya al Mejor corto de ficción por Abstenerse agencias. "Hoy ya estoy más consciente porque ayer había momentos de estar en una nube. Pensaba 'estoy al lado de gente como David Trueba, Fernando Trueba, Marian Álvarez, Jaime Armiñán', he entrado en ese club, pero era una sensación irreal hasta que me he despertado hoy".

"La verdad es que me había preparado tanto para perder, como ya me pasó hace tres años, como para ganar", aseveró. En su discurso, no quiso olvidarse de su hijo de 23 meses, que vio a sus padres por la televisión con la "emoción de su abuela": "Hace tres años quería ganarlo para que se visibilizaran las historias de los protagonistas pero entonces no estaba Jon... y mira, ahora me lo dan para compartirlo con él y mi mujer Elisa, lo cual es una gozada", explicó. Tampoco, en su discurso, dejó de lado una reivindicación sincera sobre el sector: "La cultura nos hace más felices y libres y parece que ahora lo importante es otra cosa, que sí, pero yo no quiero ser esclavo, quiero ser ciudadano, y la cultura no es prescindible".

COHESIÓN DE CREADORES

Urresti es bilbaíno de nacimiento pero se siente muy integrado en Aragón: "Estoy muy implicado con la cultura que se hace hoy aquí, hay una gran cohesión entre la gente que nos dedicamos a la creación. Y yo que tengo unas raíces vascas innegables de cultura tradicional, aquí he encontrado también raíces de pertenencia a un sitio".

Ahora viene lo más difícil, ¿qué va a suponer este Goya para él? "De momento, una alegría, está siendo muy bonito y notas que repartes ilusión, alegría y autoestima en Aragón y eso es mucho en los tiempos que corren. Espero que me ayude en la financiación de los proyectos. Se habla de la maldición de los Goya, no sé si existe pero lo que no puedes esperar es que por tener un Goya te llamen a tu casa para ofrecerte algo. Tienes que tener proyecto, presentarlo y buscar apoyos. Espero que el Goya ayude a que mi próximo trabajo se vea de otra forma y tenga más posibilidades de encontrar apoyos". Su próximo proyecto es el largo Bendita calamidad que empezará a rodar este verano: "A ver si esto ayuda a cerrar la financiación ya que tendrá un presupuesto de 300.000 euros".

OTRO PREMIO 'ARAGONÉS'

Urresti no fue el único aragonés que salió vencedor de la gala de los Goya el domingo ya que Pedro Rodríguez Pedrati (también bilbaíno pero que pasó más de trece años en Zaragoza donde tiene "toda la familia y muchos amigos") ganó, junto a otras tres personas, el Goya de maquillaje y peluquería por su trabajo en Las brujas de Zugarramurdi. "Estoy muy contento porque nuestro trabajo es muy específico --explicó ayer--, no se da mucho y no se pide en todas las películas. Entonces que hayas podido hacer cosas que se vean en pantalla durante bastante tiempo de lo que dura la película y que dé lugar a que se reconozca, está muy bien. Tengo que darle las gracias sobre todo a Álex de la Iglesia porque él es el que plantea historias que nos permiten mostrar nuestro trabajo". De hecho, Rodríguez ya ganó un Goya por Balada triste de trompeta en esta misma categoría.