-¿Los premios ayudan?

-Esta es la tercera vez que estoy nominado a los Goya como director, así que tengo cierta perspectiva. Creo que los premios son importantes como estímulo, pero luego tampoco te creas que a efectos prácticos suponen tanto. Cuando gané el Goya en el 2014 estaba trabajando en Bendita Calamidad. Ese año presenté la peli a TVE y al ministerio y nada. Lo mejor es que tu entorno se alegra mucho y que te da una seguridad como creador.

-¿Cuándo y por qué decide abordar el proyecto de Aute? ¿En el fondo es un homenaje?

-Totalmente, todo parte desde la admiración al personaje. Para mí es un referente. Le conocí en el 2004 en Calanda, cuando vino a presenatar Un perro llamado dolor, y a partir de ahí empecé a tratarle. Me gustan mucho las biografías como género y en 2014 le dije que me gustaría hacerle una.

-¿Intentó que fuera algo más que un ‘biopic’ al uso?

-Durante el proceso la película se fue convirtiendo poco a poco en una reflexión sobre la creación y los miedos que supone. Y luego con el tema de la enfermedad entraron todos los elementos del paso del tiempo. Desgraciadamente, todo eso le ha dado otra línea muy personal.

-Ya había abordado el cine biográfico en ‘El último guion. Buñuel en la memoria’ y otros trabajos ¿Se siente cómodo en el género?

-Las vidas de la gente ejemplar son un estímulo. Son lecciones de vida.

-Ahora están con el proyecto sobre José Antonio Labordeta.

-Ya está rodado y estamos empezando a planificar el montaje. La idea era estrenarlo este año porque se cumplen diez años del fallecimiento, pero igual no llegamos al 19 de septiembre. El lanzamiento dependerá de las fechas. Si lo terminamos para diciembre ya será en el 2021. Es un proyecto muy ambicioso y la familia es un protagonista más.

-¿Se ve con opciones?

-Los cuatro podríamos ser dignos ganadores. El que más me preocupaba era Historias de nuestro cine porque salen un montón de talentos y es un acto de amor al cine español. Pero en el fondo cualquiera puede ganar.

-Ha optado siempre por la autoproducción.

-Yo empecé como productor y en un momento dado me animé a dirigir. Frente a la opción de esperar a que me encarguen un proyecto, al ser productor tengo la suerte de que todo lo que me propongo lo termino sacando. Y, además, tengo una gran libertad.

-¿Cómo ve la industria?

-Ya no estamos en los años tan duros de la crisis, pero los retos siguen estando ahí. Respecto a las plataformas, creo que no están siendo actores decisivos. Quizá con las series, pero no con el cine. TVE es mucho más decisiva.

-¿Es un ejemplo de que desde Aragón se puede hacer un cine que trascienda?

-Ojalá. Somos varios los que ahora hacemos cine desde Aragón sin tener que vivir en Madrid y eso puede ayudar. Cuando creas desde aquí te llevas todo al terreno que te interesa.